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Masones españoles

Sólo un político destacado, el socialista Jerónimo Saavedra, milita en las logias.

Por Juan Bolea
Escritor y periodista
Fuente: EL PERIODICO DE ARAGON


Es la masonería uno de esos temas recurrentes que siempre regresa a nuestra memoria envuelto en las alas de la fantasía y a veces del hermetismo, del ocultismo, como con un halo de misterio o transgresión. Por ese motivo y otros resulta más que recomendable la lectura del reportaje que Luis Algorri ha publicado en la revista "Tiempo", abriendo su última portada con el siguiente y muy periodístico título: "Los diez masones más influyentes de España".

Quien previamente hubiese dado por supuesto que entre esa secreta lista iban a surgir nombres de ilustres banqueros, de conocidos líderes y personalidades, se equivocaría en parte. Figura en ella, en la lista de los diez masones más influyentes de España, Jerónimo Saavedra, ex ministro socialista y actual alcalde de Las Palmas, pero se trata de una excepción. El resto de Grandes Maestres, como el asesor financiero Miguel Ángel Forturia o Rosa Elvira Presmanes (Gran Maestre de la Logia Femenina de España, que sólo admite mujeres), no alcanzan semejante grado de conocimiento. Hay escritores (Javier Otaola, Ignacio Merino) o aparejadores, como José Carretero Doménech, incluso expertos en internet, como Rodrigo Alemán, pero ninguna enorme sorpresa...

Como tampoco, salvo en determinados ritos que, según sus practicantes, deben de seguir permaneciendo al margen del ojo público, se esconden grandes misterios en las prácticas, en las "Tenidas" masónicas. Varios de sus maestros se refieren, para intentar explicar su fe, a una suerte de iluminación interior, a un camino de perfeccionamiento inspirado por el deseo personal de mejorarse a uno mismo bajo el estímulo de una serie de rituales y fórmulas, pero no hay adoraciones satánicas, profanaciones místicas, ni otros excesos que los de la carga de leyendas, bulos y falsas acusaciones que históricamente pesan sobre las órdenes.

Círculos que, en época franquista, sufrieron la mayor represión de su historia. Los masones españoles insisten en que, por encima de Hitler o de Mussolini, fue Francisco Franco el mayor azote de la masonería. Quizá a raíz de que él mismo intentase ingresar en dos ocasiones --una en Larache y otra en Madrid--, siendo rechazado en ambas al resultar demasiado evidente su interés por medrar en el ejército a cualquier precio y por cualquier escala. Pero la circunstancia histórica sostiene que entre 1939 y 1975, cerca de 16.000 españoles perdieron su vida tras ser acusados de masones por los tribunales franquistas. "En los archivos de Salamanca --nos recuerda Algorri-- se conservan más de 80.000 fichas correspondientes a otras tantas personas que fueron represaliadas con la cárcel, el exilio o la pérdida de su puesto laboral".

En la actualidad, las logias españolas cuentan con unos 4.000 miembros, cifra muy alejada de los 250.000 masones que, por ejemplo, reúne la vecina Francia. Allí, o en Bélgica, los masones hacen constar esa condición, con total naturalidad, en sus currículums, pero en España no se ha alcanzado ese grado de confianza. Si bien parece asimismo cierto que esa discreción responde a un rango espiritual, al íntimo camino de perfeccionamiento hacia los valores masónicos de la tolerancia, la justicia, la igualdad y la solidaridad. Para pulir la "piedra bruta", como dirían los propios masones, hasta erigir el templo de la humanidad...

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