Q:.H:. SANDRO COLORADO ABANTO
A:.M:.
P:.R:.L:.S:. UNION FRATERNAL Nº 5
GRAN LOGIA CONSTITUCIONAL DEL PERU
Antes de iniciar este trabajo quiero agradecer al G.·.A.·.D.·.U.·. por permitirme cada día comprender el verdadero sentido de nuestra existencia y sobre todo nuestra misión como seres humanos y hombres de bien.
Esta claro que a la masonería ingresan quienes acreditan una buena conducta, moral, afán de conocimiento y sobre todo quienes quieren mejorar su forma de vida y sus actitudes hacia sus semejantes, es decir, “hombres libres y de buenas costumbres”. Ya que la masonería es una escuela filosófica destinada a trabajar por el advenimiento de la justicia, de la solidaridad y de la paz en la humanidad.
Se ha dicho y escrito mucho acerca de la importancia del grado de A.·.M.·., e incluso podemos leer diferentes trabajos y cada quien lo interpreta de diferente manera, pero creo que lo mas importante es lo que uno mismo siente al encontrarse en esta etapa llena de ilusión y compromiso con los demás.
Cuando alguien solicita su inscripción a una Logia, desconoce muchas cosas, quizás haya escuchado acerca de cómo es el rito de la iniciación o alguien le haya comentado acerca del cuarto de reflexiones, etc., pero nada se puede comparar a nuestra propia iniciación que es lo que marca nuestra vida para siempre.
Al iniciarnos en la orden empezamos una vida nueva con muchas metas y propósitos siendo para mi la mas importante la del servicio a los demás, porque que razón hay en la vida para existir si no es la de servir, y en la logia uno practica diferentes mecanismo que nos ayudan a servir a nuestros semejantes.
Al entrar en la masonería pude comprobar el verdadero significado de la fraternidad ya que al ingresar a la orden me he dado cuenta que he adquirido una nueva familia que siempre estuvo ahí esperando por mi, esperando que me decidiera a buscarla y al fin la he encontrado.
Que maravilloso es sentir como personas que nunca he visto, que ni siquiera me conocen muy bien pueden confiar tanto en mi, y esperan tanto de mi, que me abrieron las puertas de su propia casa sin pensarlo dos veces, y sobre todo que me dan un hombro para apoyarme para aprender a caminar, creo que he descubierto el significado de la palabra “hermano”.
Si me preguntan que es para mi, ser un A.·.M.·., yo respondería que ser un A.·.M.·. es lo mejor que me pudo haber pasado en la vida que es como cuando nace un niño en una familia numerosa donde todos están pendientes de que aprenda a hablar, caminar y si tiene que caerse le enseñan a levantarse, enseñándole cosas nuevas cada día que lo ayudaran a mejorar.
Si me preguntan cual es la misión de un A.·.M.·., yo respondería que es la misión de todo ser humano pero con un compromiso especial el de aprender y ayudar sin distinción.
El camino de todo A.·.M.·., esta lleno de aprendizaje y comprensión siendo la mejor etapa de la masonería donde los maestros nos irradian toda su sabiduría esperando que mejoremos como personas labrando nosotros mismos nuestra piedra bruta para ser dignos de ser los eslabones de esta cadena universal. Para llamarnos dignamente hombres de bien.
V.·. de Lima 29 de Octubre e.·.v.·.
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P:.R:.L:.S:. UNION FRATERNAL Nº 5
GRAN LOGIA CONSTITUCIONAL DEL PERU
Antes de iniciar este trabajo quiero agradecer al G.·.A.·.D.·.U.·. por permitirme cada día comprender el verdadero sentido de nuestra existencia y sobre todo nuestra misión como seres humanos y hombres de bien.
Esta claro que a la masonería ingresan quienes acreditan una buena conducta, moral, afán de conocimiento y sobre todo quienes quieren mejorar su forma de vida y sus actitudes hacia sus semejantes, es decir, “hombres libres y de buenas costumbres”. Ya que la masonería es una escuela filosófica destinada a trabajar por el advenimiento de la justicia, de la solidaridad y de la paz en la humanidad.
Se ha dicho y escrito mucho acerca de la importancia del grado de A.·.M.·., e incluso podemos leer diferentes trabajos y cada quien lo interpreta de diferente manera, pero creo que lo mas importante es lo que uno mismo siente al encontrarse en esta etapa llena de ilusión y compromiso con los demás.
Cuando alguien solicita su inscripción a una Logia, desconoce muchas cosas, quizás haya escuchado acerca de cómo es el rito de la iniciación o alguien le haya comentado acerca del cuarto de reflexiones, etc., pero nada se puede comparar a nuestra propia iniciación que es lo que marca nuestra vida para siempre.
Al iniciarnos en la orden empezamos una vida nueva con muchas metas y propósitos siendo para mi la mas importante la del servicio a los demás, porque que razón hay en la vida para existir si no es la de servir, y en la logia uno practica diferentes mecanismo que nos ayudan a servir a nuestros semejantes.
Al entrar en la masonería pude comprobar el verdadero significado de la fraternidad ya que al ingresar a la orden me he dado cuenta que he adquirido una nueva familia que siempre estuvo ahí esperando por mi, esperando que me decidiera a buscarla y al fin la he encontrado.
Que maravilloso es sentir como personas que nunca he visto, que ni siquiera me conocen muy bien pueden confiar tanto en mi, y esperan tanto de mi, que me abrieron las puertas de su propia casa sin pensarlo dos veces, y sobre todo que me dan un hombro para apoyarme para aprender a caminar, creo que he descubierto el significado de la palabra “hermano”.
Si me preguntan que es para mi, ser un A.·.M.·., yo respondería que ser un A.·.M.·. es lo mejor que me pudo haber pasado en la vida que es como cuando nace un niño en una familia numerosa donde todos están pendientes de que aprenda a hablar, caminar y si tiene que caerse le enseñan a levantarse, enseñándole cosas nuevas cada día que lo ayudaran a mejorar.
Si me preguntan cual es la misión de un A.·.M.·., yo respondería que es la misión de todo ser humano pero con un compromiso especial el de aprender y ayudar sin distinción.
El camino de todo A.·.M.·., esta lleno de aprendizaje y comprensión siendo la mejor etapa de la masonería donde los maestros nos irradian toda su sabiduría esperando que mejoremos como personas labrando nosotros mismos nuestra piedra bruta para ser dignos de ser los eslabones de esta cadena universal. Para llamarnos dignamente hombres de bien.
V.·. de Lima 29 de Octubre e.·.v.·.