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EL H:. Antonio Palomo-Lamarca de tu a tu con FENIX, una entrevista entre masones sobre el "Silentium Aureum" y otras cosas mas

Un encuentro de dos personas: ojo a ojo y cara a cara,
Y cuando tu estés cerca de mi te arrancaré los ojos
Y los pondré en lugar de los míos,
Y tú me arrancarás los ojos
Y los te los pondrás en los tuyos,
Así yo te miraré con tus ojos
Y tú me mirarás con los míos.
Jacob L. Moreno, 1915.

FENIXnews. La semana pasada salió de la imprenta el libro del Q:.H:. Antonio Palomo-Lamarca, Silentium Aureum. Mucho del trabajo presentado en este Ensayo Masónico, FENIX lo ha publicado desde que tuvimos el gusto de conocer a este cordobés, porque creemos cuan ideal de los fundadores de la Revista Masónica FENIX en la necesidad de difundir las ideas y pensamiento de todos aquellos hermanos y hermanas que deseen exponer sus criterios.

Con Antonio hemos tenido largas conversaciones debatiendo sus artículos antes de su publicación en FENIX, hombre de una pasión por la Masonería, entendedor de que la unidad de las dos masonerías se dará más temprano que tarde, esboza sus ideas empleando su mejor arma: la filosofía. Si esa misma filosofía que aplicó el Presbítero Anderson y que hoy tras 300 años no puede ser comprendida por muchos masones que tercamente creen que la Masonería es ente inerte, sí por aquellos masones que apoyaron la esclavitud, pero cambiaron cuando fue abolida, despreciaron a la mujer, pero ahora dicen apoyar sus derechos, aclaman los triunfos ajenos, pero son incapaces de construir los propios.

FENIX se siente orgullosa de contar dentro de su ‘staff’ con un hermano como Antonio, a quien cariñosamente le decimos “Mister Rover”. Y creemos por lo leído que es un libro importante para aquellos que le fascina la filosofía masónica visto desde la perspectiva moderna y honesta de este español-indio-americano.
FENIX en tal sentido lo entrevistó vía telefónica para conocer algunos puntos de vista de obra publicada y entretelones de la vida personal y masonica del dilecto hermano, aqui estracto de una una conversacion de casi tres horas que se dio el dia sabado 28 de noviembre del 2009:

1. Después de nuestro prólogo, Q:. H:. Antonio, nos dicen que fuiste un jovenzuelo muy travieso, enemigo de las ciencias y un incomprendido español. ¿Cuanto de cierto hay?
- Sólo hay de cierto que siempre he sido un incomprendido español, jamás fuí un enemigo de las ciencias, al contrario, siempre me interesaron y mucho; lo que sí es cierto es que nunca tuve la fortuna de tener un profesor que fuera digno de ser recordado o mencionado, en el sentido de que todo lo que he aprendido no se lo debo a profesor alguno sino a mí mismo: aprendí Matemáticas en la soledad, y lo mismo me ocurrió con el Latín—que lo aprendí solo y sin ayuda de profesor alguno. Tuve los típicos profesores que se suelen tener en estas áreas que son los profesores que son excelentes en solamente una cosa: saber enseñar con toda perfección a cómo odiar aquellas materias que ellos “enseñan.” Digamos que me hice un hombre cuando abandoné la escuela y el instituto de enseñanza para adolescentes, pues allí a lo único que me enseñaron fue a odiar y despreciar aquello que ellos mismos decían “enseñar.” Mi historia no es nueva, es simplemente un capítulo más dentro de la prueba fehaciente de que la escuela es un sistema fallido, hipócrita y, en ocasiones, hasta corrupto. Un hombre tiene que luchar constantemente por formarse a sí mismo, y para ello nunca es tarde, pero el trabajo que uno ha de realizar es tremendo, es exhaustivo y es determinante. Pocos hemos sido los que hemos emprendido este viaje.
Referente a mi niñez, jamás fui un chiquillo mal hablado y menos aún travieso. Tenía fama de guapetón, simpático y con muy buen comportamiento—a excepción del colegio donde siempre estaba charlando y por ello con constancia me llamaban la atención. Siempre estuve rodeado de mujeres, comenzando por mi madre y mi tía y mi abuela, y luego las vecinas que siempre andaban diciendo que yo era muy buen niño y que era más guapo que mis hermanas. Pienso que todo esto ha sido un buen fermento en mi modo de pensar y de analizar las cosas, pues la Mujer ha sido, y lo sigue siendo, un elemento vital en mi trabajo tanto artístico como intelectual. Recuerdo que los domingos mi madre me llevaba con ella a la churrería, y en la churrería había una mujer pelirroja y su hija, y cada vez que iba le decían a mi madre: “Ay que ver que niño más guapo tienes, es mucho más guapo que tu nena.” A mi todo eso me ponía algo vergonzoso, pero lo que más me molestaba era que vinieran las dos mujeres hacia mí, dejando el mostrador, y me besuquearan y pellizcaran la mejilla. Este tipo de situaciones hicieron eco en mi ser, y me dieron la fuerza y el ánimo para ver que la Mujer es el mayor regalo que se puede tener. Sobre ese regalo y experiencias construí mi intelectualidad y mi masonería. Ni que decir tiene que ahora me he vuelto travieso, feo y mal hablado.

2. ¿Como llegó el cordobés Antonio a esas tierras tan frías como Minnesota?
- Pues llegué porque me ofrecieron un puesto como “teaching assistant” o “ayudante de enseñanza” en la Universidad de Minnesota, sitio que luego descubrí ser no precisamente lo que yo esperaba, sino más bien un lugar capitalista donde la enseñanza tiene color verde y muchos ceros al final de los precios. Me ha desilusionado mucho el panorama estudiantil en Estados Unidos, y especialmente el modo en que las universidades funcionan, que son centros de capitalismo, negocios, y para nada tienen consonancia con lo que los Padres Fundadores de E.E.U.U. tenían en mente.

3. Ahora bien, hablemos de tu obra. Dinos en tus propias palabras de qué trata Silentium Aureum. Ensayos Masónicos?
- Bueno, la obra posee dos partes, y ellas van ya incrustadas en su título, una parte es exclusivamente masónica, codificada y que sólo el iniciado puede descubrirla, mientras que la otra parte es profana y técnicamente hablando: intelectual y filosófica. La parte esotérico-codifica está toda resumida en el prólogo, y luego se va diseccionando poco a poco en cada ensayo que aduzco. Los ensayos son la parte intelectual, profana, filosófica, pero quien haya sido iniciado en la Masonería sabrá descubrir los mensajes ocultos, el lenguaje que uso, la simbología y el secreto. En pocas palabras es un libro que brinda la oportunidad de ver la Masonería a una velocidad vertiginosa, apuntalando los problemas principales que nuestra Fraternidad posee y ha poseído y la historia que existe detrás de ellos. Cada ensayo está relacionado con el anterior, y todos forman una unidad como el cuerpo humano, que si quitamos un brazo o una pierna el conjunto quedaría lisiado.


4. Cuéntanos ¿fue difícil fue publicar tu libro? Cuéntanos un poco de esta experiencia editorial.
- Siempre es muy difícil publicar un libro, sobre todo si es el primero y encima eres un autor desconocido y encima andas sin enchufes ni padrinos. La solución es pagarse uno la propia edición con su propio bolsillo, como hacen la gran mayoría de autores noveles y no tan noveles también. Como mi vida es de ‘pirata’ y he andado siempre surcando mares con mi velero bergantín saltándome todas las reglas, pues decidí al igual saltarme las reglas del mundo editorial, y he logrado publicar mi primer libro sin pagarme yo la primera edición, y todo esto gracias a la ayuda y confianza de un fantástico editor, Javier León, quien ha creído en mí y en mi obra y luchó por hacer posible la publicación de mi trabajo. Ahora mismo ya estamos en puertas de comenzar la publicación de mi segundo libro, Manual del Esclavo Romano, que va a ser otro libro de corte masónico, una especie de novelilla donde se retrata el mundillo de los Collegia Romana, tan afamados por ser parientes genéticos de nuestra Masonería.

5. Permíteme preguntarte, ¿Cómo te hiciste masón?
- Me levanté un buen día y se me ocurrió hacerle la vida imposible a alguna organización internacional, y mira tú por dónde la Masonería apareció. La primera vez que escuché el nombre de “masón” fue cuando yo andaba allende por los 8 o 9 años de edad, y siendo de España y educado en España pues oí barbaridades bárbaras sobre todo lo masónico, por supuesto, porque este país llevaba, y aún lleva, un largo bagaje heredado de la dictadura franquista; me quedé con la incógnita de qué sea verdaderamente la Masonería y el ser masón, y cuando cumplí los 16 años cayó en mis manos, por regalo de mi novia de entonces que se llamaba y se sigue llamando Paula, aunque ya no es mi novia, un libro sobre Jack el Destripador, y la teoría de que el Destripador fuera masón me fascinó hasta tal grado que comencé a rescatar de mi memoria todo lo que normalmente se había dicho de la Masonería en las calles del mundillo español. Fui a la biblioteca y busqué libros sobre Masonería, y aunque no encontré mucho, y si fue lo suficiente como para darme una visión: yo ya era masón pero aún no había sido iniciado. Luego estudié la carrera de Filosofía y continúe con el mismo interés por la Masonería, pero no fue hasta que llegué a los Estados Unidos cuando deseé iniciarme, y todo fue por aburrimiento, porque ya me harté de desear ser algo sin llegar a serlo, por lo tanto, un día llamé por teléfono a una logia, mi logia madre Tusler-Summit No.263, y hablé con un atento y antiguo hermano mason, Frank King, quien me guió por el procedimiento y me recomendó para ingresar. Tras esto tuve la típicas tres entrevistas secretas por tres hermanos masons y luego vino la votación, y me votaron positivamente. Así me hice masón.

6. Ahora bien, ¿cómo debemos entender la masonería en el siglo XXI y como esbozas eso en tu libro?
- Bueno, la Masonería hay que entenderla hoy en día del mismo modo que Salomón la entendía, o los constructores egipcios, o del mismo modo que los arquitectos medievales la entendían, y por supuesto de la misma forma que el H:. Anderson la entendió o el Gran Oriente Francés en 1733. La Masonería hay que entenderla en el siglo XXI al igual que hubo de entenderla en los misterios egipcios o en los rituales Templarios medievales o en las iniciaciones de la Gran Logia de Londres en 1717. La Masonería nunca cambia, el secreto sigue siendo el mismo.
Ahora bien, otro asunto distinto es cómo hay que entender la política interna de la Masonería en el siglo XXI, y esto sí requiere un poquito de más análisis. La política es producto humano, y es meramente un producto combinado de ideales y de intereses personales—no hay otra cosa detrás. Por lo tanto, lo que hay que cambiar son esos intereses personales que vayan basados en una ideología contraproducente con los basamentos de la sociedad y mentalidad moderna. Es patético, vergonzoso y anti-masónico, que exista un debate entre el Gran Oriente francés y la Unida Gran Logia de Inglaterra, un debate que solamente está unido por la discordia entre aceptar a mujeres y aceptar a ateos dentro del edificio masónico. A mí, en lo personal, y como masón, me parece este tipo de debates y de escisiones patéticamente frívolas, hipócritas y pesadamente repetitivas. Ya hablo de este tema en mi libro, y lo abordo con la óptica de un filósofo que es masón: yo. Doy respuestas a estos hechos, y no creo que mi respuesta sea la mejor, pero sí pienso que es de las más acertadas teniendo en cuenta los tiempos que estamos viviendo. Te pongo como ejemplo, como tu mismo dices en tu introducción, los masones que apoyaron la esclavitud en el siglo XIX, ¿puedes tu o cualquier imaginarse que comenzáramos un debate masónico hoy en día, un debate a tal escala internacional, acerca de si se debe o no se debe aceptar o permitir la esclavitud, y que haya dos masonerías, una que acepte la esclavitud y la otra que no la aceptara? Esto sería supinamente ridículo, obsoleto, ignorante, contraproducente, anacrónico, una falta de respeto y sobre todo: anti-masónico. ¿Por qué? Pues porque la sociedad que estaba construida en el siglo XVII y XIX no es ni por una lánguida sombra la misma sociedad que tenemos hoy en día, y la sociedad que tenemos hoy en día no será la misma sociedad que tendrán en el 2330. Es así de simple. Cada momento histórico requiere y se reserva un tipo específico de acción, de tutela, de abordaje. Si el Comunismo fue genial en el siglo XIX, y el socialismo hizo su eco en el XX, el Comunismo terminó cayendo en una turbia marea que lo devoró, que lo hizo desaparecer como resultado de su propia obscena corrupción. Esto no quiere decir, en absoluto, que el Comunismo haya sido malo, sino que el Comunismo tuvo su sentido y su actividad exactamente durante el período de vida social que hubo de tenerlo, hoy en día un sistema comunista es un ciego sin lazarillo, un ladrillo sin casa a construir, es un esperpento vestido con rompas de fantasma: un sin-sentido. Ya no hay cabida para un sistema comunista porque las necesidades de nuestra sociedad y del mundo moderno no son las mismas que las que tenía un deshollinador del París de 1854. Teniendo en cuenta este modelo, lo mismo se puede decir de la política interna de la Masonería; las necesidades que existen hoy en día dentro del edificio masónico no son las mismas que las que existían hace cien años, no son ni tan siquiera las mismas que las que existían hace 25: vivimos en un mundo, en una sociedad que cambia a velocidad casi vertiginosa, donde los modelos electrónicos y los avances médicos y la misma sexualidad humana están en constante red de desarrollo. En esa sexualidad es donde entra el debate de la mujer, del sexo masculino que aún y lamentablemente se recrea en querer ser más, pero que en realidad no debería de ser así. Yo pienso, en mi humilde entendimiento, que la Masonería del siglo XXI tiene que luchar por una unificación entre Francia e Inglaterra, una unificación dictada por los movimientos de la sociedad moderna y no por el anquilosamiento de una mente bicameral y perniciosa en su machismo.

7. Y por eso mismo, en unos de tus ensayos analizas sobre las dos masonerías. ¿Cómo debemos entender esta discrepancia y que podemos hacer los masones para unir lo disperso?
- Lo disperso no puede jamás unirse, eso es contra natura; es como querer unir el cielo con la tierra, o la pierna derecha con la pierna izquierda, ahora lo que hay que preguntarse es cómo hacer que todos trabajemos con armonía aún estando dispersos. Eso ya es harina de otro costal: la dispersión siempre ha existido y siempre existirá porque somos humanos y todo lo humano conlleva en su interior el germen del error, y sólo del error nace el progreso y la corrección y la verdad. La unificación de la que yo hablo y del modo en que yo la entiendo no es direccionada hacia “unir” nada que esté disperso, sino en unificar aquello que está separado. “Unir” significa “traer” o “transportar” una cosa de un lado a otro, y esto solamente puede hacerse o a la fuerza o por magia (y de eso no hay). “Unificar” es distinto, no es lo mismo, cuando se unifica uno no está “uniendo” nada sino que está armonizando aquello que ha sido naturalmente separado. Por ejemplo, nuestro cuerpo humano es un modelo egregio de unificación, no existe la unión entre el cerebro y el corazón, y de hecho cada uno posee una fisiología distinta y una función distinta, sin embargo, si el corazón deja de funcionar con certeza el cerebro puede verse afectado. Podemos poner un sin fin de ejemplos parecidos. La única solución viable que yo veo en estos momentos, y posiblemente la única que en muchísimos siglos a venir sea la major, es unificar los intereses masónicos tanto del lado liberal como del conservador, y a partir de ahí trabajar en armonía.

8. ¿Qué piensan los hermanos de Minnesota de tu obra? La vas a publicar en inglés. ¿Has tenido algún tipo de problema por tus ideas masónicas?
- Pues no se lo que piensan, además nunca me ha interesado lo que piensen de mi, siempre he estado acostumbrado a hacer lo que me place sin tener en cuenta el tumulto del vulgo. No me interesan las opiniones de nadie, incluso mis propias opiniones a veces me aburren. Si el libro se vendiera con laxitud y hubiere algún editor interesado en traducirlo pues yo estaría encantado en firmar los derechos de traducción, pero de momento no sé nada aún. Problemas: claro, por supuesto, siempre hay enemigos incluso dentro de nuestra propia Fraternidad. No le hago caso a ese tipo de problemas, tengo cosas más importantes que hacer como ir al baño a orinar.

9. Tú has dicho: “Hacer arte es inscribirse en una carretera que lleva a conocerse-a-sí mismo, y en esa carretera, como en cualquier otro camino, uno encuentra cosas buenas, malas, belleza o cosas feas”. ¿Qué debemos esperar del masón ANTONIO PALOMO LAMARCA como escritor y filósofo masónico y qué ha cambiado o está cambiando en ti después de esta publicación?
- Sinceramente no hay que esperar nada, porque para empezar y jamás he prometido algo; soy un escritor y un artista, y soy masón, sí, cierto, pero intent vivir a la altura de mi personalidad, de mis convicciones, aún costándome mucha pena en ocasiones. No ha cambiado nada después de esta publicación, sigo siendo el mismo de siempre.

10. Permite cambiar un poco el tema, muchos no saben que tu eres un artista aparte de ser masón y porque digo esto y lo saco a luz porque deseo que nos explique a nuestros lectores qué quieres decir cuando señalas “Mi arte es no-arte, es una negación de todas las artes, porque pienso que el Hombre o la Mujer solamente pueden encontrarse a sí mismos negándose a sí mismos para luego volver a encontrarse una vez que se han perdido.”
- Quizá en esa frase mía va la semillita que pudiera unificar nuestras dos masonerías; la frase tiene un gran peso Zen, Budista, es una frase mística, metafísica, y nos habla de que uno ha de olvidarse de sus propias ideas, en una palabra que cuanto menos se espere menos se sufre, pero que el sufrimiento es necesario para llegar a saber evaluar y apreciar y entender el valor de aquello por lo que se padece. Uno no sabe lo que duele una muela hasta que esta no se ve afectada, y una vez que duele y está afectada comprendemos el valor que tenía. Así es la vida.

11. Cuéntanos un poco de otra obra tuya que hasta ganó un premio en Hollywood, California por la cadena de televisión RETV de RipRap Entertainment. Sí de la novela "The Violonist" (El Violinista).
- Bueno, en realidad es un relato corto, y como todo lo que escrito o pinto pues está lleno de reminiscencias místico-masónicas; se trata de un relato que cuenta la vida de un violin que tiene el poder oculto de hablarle mentalmente a aquel que es capaz de saber tocarlo apropiadamente, y los mensajes que transmite son pura filosofía masónica y mística. Es un relato que lo hice para que algún día pudiera ser llevado a la pantalla en forma de película, pero de momento no ha habido suerte.

12. Ahora bien, retornando al tema, ¿qué esperamos masónicamente en los próximos meses para publicar del escritor cordobés?
- Trabajo todos los días escribiendo, es mi oficio: pan para hoy y hambre para mañana. Ya te dije que se va a publicar ahora en el año entrante otro libro mío que se titula Manual del Esclavo Romano que dará a la luz la Editorial Séneca (http://www.editorialseneca.com/), pero a parte de esto invito a todos aquellos que tengan interés en mis escritos y en mi arte que visiten mi página, pues ahí hay una entrada que se llama “Diario de un Artista” (http://www.antoniopalomo.com/) que lo publico tanto en inglés como en castellano y hablo de mis experiencias, de filosofía, de mi vida, en fin, de cosas que pueden entretener o interesar al público que me sigue.

13. Por último Antonio, y en la onda de los misterios, maravíllanos con una frase en latín que encierre el concepto de Masonería.
- Massoneria mihipte se ipsum ars condere est.

Gracias Hermano Antonio por tu atención prestada, ha sido un placer haber charlado contigo.

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