EL PRINCIPIO ES HACER EL BIEN POR ALGUIEN, ¿CUALQUIER CIUDADANO O SOLO MIEMBRO DE LA HERMANDAD? El que adquiere poder, ¿tiene capacidad para saber utilizarlo adecuadamente?
POR ANA ANTÚNEZ
Diario LA NACION.
POR ANA ANTÚNEZ
Diario LA NACION.
¿Dominan los masones el Poder Judicial? ¿Manejan los hilos de la política y la economía? Lo que para algunos es una leyenda urbana o fantasía, para otros es la pura verdad. Y otra cuestión que es real: son numerosos los que ocupan cargos relevantes en los poderes del Estado. Ahora bien, estos funcionarios públicos, algunos reconocidos públicamente, ¿cumplen con los preceptos consagrados cuando juraron hacer el bien común; o eso, solamente es aplicable a favor de sí o de otro miembro de la hermandad?
“El tráfico de influencias que ejercen en tribunales es escandaloso”, dispara el abogado Lelis Rubén Olmedo, en tanto el administrador del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE), doctor Carlos Quiñónez, electo recientemente como el número 1 de la Gran Logia Simbólica del Paraguay, sonríe y asegura tranquilizadoramente: “Pero eso es absurdo. Yo no soy millonario, ni me siento poderoso”.
Uno de los que más tajantemente niegan la influencia de las logias en los tribunales es el abogado Diego Bertolucci, también masón. “El hecho de que existan magistrados y abogados litigantes afiliados a la masonería no implica absolutamente que se tenga que torcer el ideal y el sendero de la justicia”. El mismo afirma que “todo masón sabe que no puede transgredir las reglas o normas generales del país”; pues, ese es un juramento que se hace en el momento del ingreso a la Hermandad.
El doctor Quiñónez, cuyo título oficial es “serenísimo gran maestro”, asumirá en el cargo en marzo próximo, en reemplazo de Nemesio Lichi. Es la primera vez que la primera logia local elige a su líder en elecciones abiertas. Votaron casi el 70 por ciento de los mil maestros habilitados.
El hecho de que justamente un alto exponente de la justicia electoral haya sido consagrado por el sufragio no parece un detalle menor. También fue significativo que el propio presidente del Colegio de Abogados, doctor Óscar Paciello, haya ido a votar ese domingo junto con otros numerosos colegas abogados, en el local de Facundo Machaín casi Boggiani.
“Hoy en día, la masonería se convirtió en una moda”, dispara Reinaldo Domínguez Dibb, quien mantiene desde hace cuatro años una disputa con sus colegas maestros y se considera a sí mismo un “semirretirado” de esta movida.
Insiste en que es una moda “de la clase política, de la clase económicamente influyente, porque hay gente que entra con la ambición de tener poder a través de un cargo, si no es político o un cargo en el gobierno que le otorgue alguna ventaja”.
“Últimamente se ha constituido (en la masonería) una cúpula que está rodeando al poder del momento; es la que se posesiona de ciertas situaciones o posiciones en la masonería paraguaya. Esto nunca ha dejado de ser así, creo que a través del tiempo siempre ha ocurrido pero con la gran diferencia que antes teníamos señores políticos y señores masones, hoy tenemos políticos y entre comillas masones”, sostiene Domínguez.
Parafraseando a un antiguo masón, subraya que están entrando en las logias “gente con ambición de poder, de curiosidad en sí, con ambición económica, y otros ambiciosos. De entre estas ambiciones 25% solamente queda como masonería en un tamiz del tiempo, muchos van quedando, es así que se puede notar que a lo largo de 20, 25 años de masonería cuántos quedaron de aquellos que entraron y cuantos están siguiendo”, reflexiona el masón cuyo actual grado es “serenísimo paz gran maestro” en la Logia Aurora del Paraguay Nº 1.
Y mientras las disputas entre masones de uno y otro sector siguen en auge, la Iglesia Católica levanta su voz de rechazo ante una institución que jamás podrá conciliarse con la fe cristiana.
¡SIGUE EN AUGE LA MODA DE LA MASONERÍA COMO UN EFICAZ ATAJO PARA GANAR PODER!
“El tráfico de influencias que ejercen en tribunales es escandaloso”, dispara el abogado Lelis Rubén Olmedo, en tanto el administrador del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE), doctor Carlos Quiñónez, electo recientemente como el número 1 de la Gran Logia Simbólica del Paraguay, sonríe y asegura tranquilizadoramente: “Pero eso es absurdo. Yo no soy millonario, ni me siento poderoso”.
Uno de los que más tajantemente niegan la influencia de las logias en los tribunales es el abogado Diego Bertolucci, también masón. “El hecho de que existan magistrados y abogados litigantes afiliados a la masonería no implica absolutamente que se tenga que torcer el ideal y el sendero de la justicia”. El mismo afirma que “todo masón sabe que no puede transgredir las reglas o normas generales del país”; pues, ese es un juramento que se hace en el momento del ingreso a la Hermandad.
El doctor Quiñónez, cuyo título oficial es “serenísimo gran maestro”, asumirá en el cargo en marzo próximo, en reemplazo de Nemesio Lichi. Es la primera vez que la primera logia local elige a su líder en elecciones abiertas. Votaron casi el 70 por ciento de los mil maestros habilitados.
El hecho de que justamente un alto exponente de la justicia electoral haya sido consagrado por el sufragio no parece un detalle menor. También fue significativo que el propio presidente del Colegio de Abogados, doctor Óscar Paciello, haya ido a votar ese domingo junto con otros numerosos colegas abogados, en el local de Facundo Machaín casi Boggiani.
“Hoy en día, la masonería se convirtió en una moda”, dispara Reinaldo Domínguez Dibb, quien mantiene desde hace cuatro años una disputa con sus colegas maestros y se considera a sí mismo un “semirretirado” de esta movida.
Insiste en que es una moda “de la clase política, de la clase económicamente influyente, porque hay gente que entra con la ambición de tener poder a través de un cargo, si no es político o un cargo en el gobierno que le otorgue alguna ventaja”.
“Últimamente se ha constituido (en la masonería) una cúpula que está rodeando al poder del momento; es la que se posesiona de ciertas situaciones o posiciones en la masonería paraguaya. Esto nunca ha dejado de ser así, creo que a través del tiempo siempre ha ocurrido pero con la gran diferencia que antes teníamos señores políticos y señores masones, hoy tenemos políticos y entre comillas masones”, sostiene Domínguez.
Parafraseando a un antiguo masón, subraya que están entrando en las logias “gente con ambición de poder, de curiosidad en sí, con ambición económica, y otros ambiciosos. De entre estas ambiciones 25% solamente queda como masonería en un tamiz del tiempo, muchos van quedando, es así que se puede notar que a lo largo de 20, 25 años de masonería cuántos quedaron de aquellos que entraron y cuantos están siguiendo”, reflexiona el masón cuyo actual grado es “serenísimo paz gran maestro” en la Logia Aurora del Paraguay Nº 1.
Y mientras las disputas entre masones de uno y otro sector siguen en auge, la Iglesia Católica levanta su voz de rechazo ante una institución que jamás podrá conciliarse con la fe cristiana.
¡SIGUE EN AUGE LA MODA DE LA MASONERÍA COMO UN EFICAZ ATAJO PARA GANAR PODER!