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Carta del IPH:. Joan Frances Pont Clemente, 33º, nuevo Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo Masónico de España


Z:. de Barcelona, 22 de febrero de 2010 (e:.v:.)

A todos los/las HHH:. del S:.C:.M:. de E:.

Muy Q:.H:.

Cuando recibí la notificación de Ramón Salas de que hoy, 22 de febrero de 2010, el Supremo Consejo del Grado 33º, procedería a la proclamación oficial de los resultados de las recientes elecciones para el gobierno de la jurisdicción y que a la vez, en un acto breve, sencillo y austero, se realizaría la instalación del Gran Comendador, agradecí no tener que enfrentarme, de repente, con una larga ceremonia. Todavía tengo que hacerme a la idea de mi nueva ocupación, asumida por dos razones diáfanas y exclusivas: no saber decir que no a los amigos verdaderos y honrar el sentido de la responsabilidad. En cualquier caso, quiero reiterar cuanto dije en la presentación de mi candidatura: éste es para mí un destino temporal ligado a una urgente tarea reconstructora, que se base en lo mejor que nos han legado mis predecesores y que proyecte el Supremo Consejo, como una parte integrante de la francmasonería racionalista española, hacia el futuro.

Las elecciones se han celebrado en dos fases, la primera, restringida, en el seno del Grado 33º; la segunda, universal, abierta a todos los miembros de los Altos Grados. El resultado del plebiscito previsto en la normativa me ha otorgado un 95% de votos afirmativos sobre el total de votos emitidos; equivalente a un 60% del censo electoral total y a un 80% del censo efectivo, si descontamos a las personas que no han tenido acceso al sistema electrónico por no estar conectados a la Red. Me siento fuertemente comprometido con lo que interpreto como una interpelación serena y firme que me hace muy consciente de mi responsabilidad.

El primer deber de un Gran Comendador es la designación del Consejo de Gobierno. Lo cumpliré antes del equinoccio de primavera y en su configuración tendré en cuenta distintos elementos: que exista una representatividad de los territorios y de las sensibilidades; que pueda funcionar un equipo de trabajo cotidiano cohesionado; que los responsables de las áreas sean autónomos y puedan resolver las cuestiones que se les planteen; que se sienten las bases para un federalismo cooperativo en la jurisdicción. No es tarea fácil, pero cuento en éste como en los demás retos con tu ayuda.

El segundo deber de un Gran Comendador es conseguir el equilibrio entre los gastos y los ingresos. Las prioridades con relación a los planes de actuación se centran en situar en primer plano la obtención de una Sede -provisional pero digna, primero y definitiva, después-, en potenciar las zonas territoriales y en incrementar la formación masónica, ayudando, sobre todo, en una primera fase, al buen funcionamiento de las Logias de Perfección. Durante este año 2010, Q:. H:., quiero proponerte que te consideres, esencialmente, un Maestro Secreto, que participes regularmente en los trabajos de tu logia, desempolvando la joya con la llave y tus guantes negros. Y, en la ocasión que se fije, trataremos de realizar una tenida conjunta en el Z:. de Madrid de nuestras logias de perfección, abierta ecuménicamente a cuantos HHH:. deseen acompañarnos. Los gastos de viaje y de representación quedan suprimidos –salvo para los HHH:. sin recursos- durante dos años para permitir obtener lo que es más urgente y más importante. No obstante, ello no supondrá en absoluto la desatención de nuestras relaciones y compromisos internacionales, como os iré informando periódicamente. Por lo que respecta a los ingresos, soy consciente de las dificultades económicas que padecemos todos los ciudadanos. Joan Ramon Rodoreda y M. Àngels Prats están estudiando la fórmula de disminuir algunos de los tributos. Los hitos de un itinerario masónico no pueden girar alrededor de los pagos de derechos y decoraciones, sino sobre el esfuerzo formativo de autoconstrucción personal. Cuando esto se produzca, cuando tú, H:. a quien me dirijo, exteriorices tu satisfacción con la calidad de la atmósfera masónica que los Altos Grados te proporcionan, entonces saldrá de tu interior la voluntad de contribuir al funcionamiento general de la jurisdicción.

El tercer deber de un Gran Comendador es proponer a sus HHH:. líneas de trabajo filosófico interesantes y comprometerse con ellas, pisando el territorio. Vamos a trabajar, de un lado, el Rito; de otro, la república. El Rito, como medio y la república, como fin. Los símbolos como incentivos al pensamiento libre y la república, como aspiración a una sociedad buena. El punto de partida es la defensa universal de dos libertades, la de conciencia y la de investigación. En el mundo masónico y en el mundo profano. Vamos a llevar a la práctica la idea que sirvió fielmente Isaac Newton de que los dogmas son los barrotes de una cárcel al servicio de los poderosos. Y vamos a destruir juntos las paredes de algunas de estas cárceles.

Ésta es la síntesis, Q:. H:., de lo que hoy habré comentado en la reunión de Avinyó, 27. Deseaba explicártelo personalmente a ti y si me lo permites, lo seguiré haciendo en los próximos meses.

Recibe, mientras tanto, mi triple abrazo fraterno y el ósculo de la paz.


IPH:. Joan Frances Pont Clemente, 33º,
Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo Masónico de España

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