El laicismo más que un concepto, es una forma de vida, basada en la experiencia humana, en la tolerancia, el libre examen, la libertad, la igualdad, la fraternidad, el progresismo y la democracia.
Por Alexander Linford Child
Hasta el año 1973 frecuentemente en Chile se escuchaba la palabra “laico” y podía ser asociada inmediatamente a un concepto, tanto dentro de la juventud como en la sociedad mayor, en cambio hoy, la palabra laico se asocia a dos cosas, primero a agnóstico o ateo y segundo gracias al mal uso conceptual dado por la iglesia católica a este concepto, se relaciona con personas que no están insertas en la iglesia pero que si son católicas, es decir dos miradas erradas del laicismo.
El laicismo más que un concepto, es una forma de vida, basada en la experiencia humana, en la tolerancia, el libre examen, la libertad, la igualdad, la fraternidad, el progresismo y la democracia, llevándonos estos mismos principios laicos, a dar una constante y gran lucha, que es la búsqueda de una sociedad justa, progresista y fraternal, que dicte una enseñanza laica, aconfesional, con instituciones públicas imparciales, garantes de la dignidad de la persona y los derechos humanos, sin exclusiones religiosas, raciales, de origen, políticas, sexuales, en conclusión, de ningún tipo.
¿Es el laicismo un enemigo de las religiones?
Como bien dijo el Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, Sr. Juan José Oyarzún “es una falacia divulgada por los enemigos de la razón, que el laicismo sea el mayor oponente de la religión, tanto que en el mundo de los valores se le atribuye ser el anti valor del sentimiento religioso.
El Laicismo considera a la religión como un conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, con sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social, y de prácticas rituales, especialmente mediante la oración y los sacrificios, entendiendo entre ellos desde el ayuno hasta la teofagia (esto es comerse al dios, como es la comunión). Estima el laicismo que la casi totalidad de las grandes religiones perduran en la actualidad, y que el sentimiento religioso es un hecho de gran vitalidad, manifestado a través de múltiples fenómenos de tipo mesiánico o animista, que se dan en casi todo el mundo. La conclusión fundamental es que la historia de la humanidad es un proceso de laicización progresivo, que dista bastante de haber concluido aún.
El sentimiento religioso es uno de los elementos esenciales característicos de la especie humana, sea innato o heredado.”
Como podemos ver, el laicismo no tiene entre sus filas a un pensamiento exclusivo, sino más bien, inclusivo, aceptando a ateos, agnósticos, católicos, judíos, evangélicos, musulmanes, personas de izquierda, de derecha, de centro, feos, lindos, altos, chicos, gordos, flacos, etc.
En el presente año, 2010, tenemos la misión como jóvenes laicos de volver a esclarecer esta situación, demostrando que sabemos cual es el real concepto de laicismo y haciendo el llamado a los jóvenes y no tan jóvenes también a informarse sobre esta maravillosa forma de vida, a ser más fraternos, tolerantes y tomar las banderas del laicismo buscando una mejor sociedad.
Por Alexander Linford Child
Hasta el año 1973 frecuentemente en Chile se escuchaba la palabra “laico” y podía ser asociada inmediatamente a un concepto, tanto dentro de la juventud como en la sociedad mayor, en cambio hoy, la palabra laico se asocia a dos cosas, primero a agnóstico o ateo y segundo gracias al mal uso conceptual dado por la iglesia católica a este concepto, se relaciona con personas que no están insertas en la iglesia pero que si son católicas, es decir dos miradas erradas del laicismo.
El laicismo más que un concepto, es una forma de vida, basada en la experiencia humana, en la tolerancia, el libre examen, la libertad, la igualdad, la fraternidad, el progresismo y la democracia, llevándonos estos mismos principios laicos, a dar una constante y gran lucha, que es la búsqueda de una sociedad justa, progresista y fraternal, que dicte una enseñanza laica, aconfesional, con instituciones públicas imparciales, garantes de la dignidad de la persona y los derechos humanos, sin exclusiones religiosas, raciales, de origen, políticas, sexuales, en conclusión, de ningún tipo.
¿Es el laicismo un enemigo de las religiones?
Como bien dijo el Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, Sr. Juan José Oyarzún “es una falacia divulgada por los enemigos de la razón, que el laicismo sea el mayor oponente de la religión, tanto que en el mundo de los valores se le atribuye ser el anti valor del sentimiento religioso.
El Laicismo considera a la religión como un conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, con sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social, y de prácticas rituales, especialmente mediante la oración y los sacrificios, entendiendo entre ellos desde el ayuno hasta la teofagia (esto es comerse al dios, como es la comunión). Estima el laicismo que la casi totalidad de las grandes religiones perduran en la actualidad, y que el sentimiento religioso es un hecho de gran vitalidad, manifestado a través de múltiples fenómenos de tipo mesiánico o animista, que se dan en casi todo el mundo. La conclusión fundamental es que la historia de la humanidad es un proceso de laicización progresivo, que dista bastante de haber concluido aún.
El sentimiento religioso es uno de los elementos esenciales característicos de la especie humana, sea innato o heredado.”
Como podemos ver, el laicismo no tiene entre sus filas a un pensamiento exclusivo, sino más bien, inclusivo, aceptando a ateos, agnósticos, católicos, judíos, evangélicos, musulmanes, personas de izquierda, de derecha, de centro, feos, lindos, altos, chicos, gordos, flacos, etc.
En el presente año, 2010, tenemos la misión como jóvenes laicos de volver a esclarecer esta situación, demostrando que sabemos cual es el real concepto de laicismo y haciendo el llamado a los jóvenes y no tan jóvenes también a informarse sobre esta maravillosa forma de vida, a ser más fraternos, tolerantes y tomar las banderas del laicismo buscando una mejor sociedad.