Réplica del mandil usado por el Protector y Generalísimo de las Armas del Perú Don José de San Martín y Matorras durante su permanencia en el Vall.·. de Lima.
Algunos historiadores dicen que el objetivo de las logias era lograr la independencia de los países latinoamericanos.
La vinculación de San Martín con la masonería es un aspecto discutido en la historia y del cual poco se menciona en los contenidos educativos de las escuelas primarias y de educación media.
De acuerdo a varios historiadores, José de San Martín pertenecía a la Logia Lautaro. Consultado por Hoy, César Arrondo, historiador de la Universidad Nacional de La Plata e investigador del tema explicó que “la enseñanza de San Martín en las escuelas primarias y secundarias, uno de los aspectos que se dejan de lado es la masonería”.
En ese sentido, añadió que “no se dice mucho sobre que San Martín era masón. El provenía de la Logia Lautaro, que pertenecía a la Gran Logia de Londres, en la que también estaban Simón Bolívar y Francisco de Miranda (próceres de la independencia de Venezuela). El fin de esa logia era lograr la independencia en Latinoamérica”.
De acuerdo a una investigación realizada por el Instituto Sanmartiniano, José de San Martín, Carlos de Alvear y José Matías Zapiola establecen la Logia Lautaro en Buenos Aires, en 1812.
El objetivo principal de esa logia era luchar para lograr la independencia continental, triunfando en el plano militar y haciendo que la política siguiera ese objetivo básico. Luego, se unió a la Sociedad Patriótica que fue creada por Mariano Moreno.
San Martín participó en Londres en las reuniones del grupo que se desarrollaron en las casas de Andrés Bello y Luis López Méndez, fundando luego esta logia en Buenos Aires. Mantenían reuniones en las casas de alguno de sus miembros o en un local ubicado en lo que actualmente es la calle Balcarce, frente al Convento de Santo Domingo.
Un dato a destacar es que en ese momento, el catolicismo no aprobaba la masonería, circunstancia que generó su expulsión de la Iglesia. Al respecto, Arrondo precisó que “como la Iglesia católica nunca aceptó la masonería, se oponía a que San Martín fuera enterrado en la Catedral. Entonces decidieron hacer el templete fuera del recinto sagrado de la Catedral y así está hoy”.
En las escuelas
Respecto de otros aspectos dejados de lado en la enseñanza del prócer, Arrondo precisó que “en las escuelas se limita a las batallas independentistas y no mucho más. Se habla del Cruce de los Andes, de las batallas libertadoras de Chile y Perú, algo sobre su vida, el lugar donde nació, su esposa, y todo quedó ahí. Hay muchas cosas que no se dicen de su vida”.
Agregó que “por ejemplo, se deja de lado los motivos por los cuales San Martín se autoexilió a Francia y lo que el pensaba del país que dejaba. No se enseña lo que vivió en ese exilio”.
Por último, expresó que San Martín fue “el único tipo menos cuestionado de la historia. Es una figura que ha quedado firme y que su accionar ayudó a la consolidación del país”.
César Arrondo es profesor en Historia de la Universidad Nacional de La Plata y docente en las cátedras de Argentina General en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación y de Historia Argentina en la Facultad de Periodismo de esa casa de estudios.
Es investigador, miembro del Centro de Estudios de Historia Argentina Ricardo Levene (UNLP). Es investigador de la masonería argentina y autor de los libros Balbín entre rejas, la prisión de Ricardo Balbín en 1950 y Sarmiento, su perfil masónico. Además, fue docente en escuelas medias de La Plata durante diez años.
La Logia Lautaro
La primera filial de la Logia se fundó en Cádiz (España) en 1811, con el nombre de Logia Lautaro, en honor al caudillo mapuche llamado Lautaro, que llamó a su pueblo a sublevarse contra los conquistadores españoles de Chile en el siglo XVI.
Estaba inspirada en su organización en las logias masónicas, y en su inicio fue dirigida por José de Gurruchaga. Entre los miembros principales que participaron en esta sociedad se destacan: Santiago Mariño, Andrés Bello, Luis López Méndez, Bernardo O’Higgins,Tomás Guido, Francisco Isnardi, Ambrosio Plaza Farfán, José Cortes de Madariaga, Juan Pablo Fretes, Bernardo Monteagudo, Manuel José García y José Antonio Alvarez Condarco.
“En este país se rompieron los lazos con los personajes históricos”
Aunque hace mucho tiempo que ya no da clases en colegios, el historiador platense Fernando Enrique Barba todavía añora la educación de su época, cuando se detenían a analizar quién había sido la persona detrás del prócer; y es en este punto en el que radica la principal crítica que le hace a la manera de enseñar historia en las escuelas.
Barba es titular del doctorado en Historia de la Facultad de Humanidades de la UNLP, de la que además es egresado. Se desempeñó durante mucho tiempo en el Archivo Histórico de la Provincia, y actualmente es vicepresidente de la Academia Nacional de la Historia de la República Argentina.
En diálogo con Hoy, habló sobre la enseñanza de la figura del prócer en las escuelas de ayer y en la actualidad. Al respecto, dijo: “La verdad, sobre lo que sucede en la actualidad no puedo opinar mucho, porque yo dicté clases en el Colegio Nacional pero hasta el año ‘94. De todas maneras, no creo que la cosa haya cambiado demasiado”.
Añadió que en aquel momento, en la primaria no se enseñaba a San Martín, sino que “se lo mencionaba”. “Y en la secundaria, apenas un poco más, pero casi nada, siempre en el contexto de la batalla de San Lorenzo, el cruce de los Andes o la independencia de Chile y Perú. Además, en el plan de estudios viejo, Historia se daba junto con Geografía, así que había que comprimir los contenidos aún más”.
En ese contexto, para Barba, la forma en que debería enseñarse la figura de San Martín, debería tener más hincapié en la persona y no recordarlo sólo en los actos escolares.
“Sé que no se puede centrar la historia en la vida de cada personaje, pero sí destinar una clase a ir más allá de su papel en la independencia, y analizar sus ideas para saber por qué hizo lo que hizo. Como tantas otras cosas que se han destruido en este país, también se rompieron los símbolos patrios y, dentro de ellos, los lazos con los personajes históricos. A veces, incluso, se les da más espacio a otros personajes que han tenido muchos menos peso históricamente, pero que conviene recordarlos por una cuestión política”, concluyó.
Fuente: Diario Hoy