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¿QUIÉN ERA HERMES?


Uno de los símbolos de la inteligencia industriosa y realizadora: preside el comercio. Tiene por atributo las sandalias aladas, que significan la fuerza de elevación y la aptitud para los desplazamientos veloces; pero es una fuerza limitada a un nivel poco utilitario y fácilmente corruptible. Hermes significa también <> (DIES, 46-47), forma de perversión intelectual, que se encuentra en todos los tipos de estafa, habilidad maliciosa, astucia y tunantería.
Inventa la lira tensando sobre el caparazón de una tortuga cuerdas fabricadas con los intestinos de bueyes por él sacrificados. Esta es la primera lira que adopta Apolo, después de oír los acordes provenientes del fondo de una gruta donde se halla refugiado Hermes.
A continuación inventa la flauta que regala a Apolo, a cambio de unas lecciones de magia adivinatoria y del caduceo de oro. Impresionado por esta habilidad, Zeus elige a Hermes especialmente para servirle de mensajero ante los dioses de los infiernos, Hades y Perséfone.
Se le ve representado a menudo con un cordero sobre los hombros: de donde su nombre de <>; divinidad originalmente agraria y sin duda protectora de los pastores, pero también guía de las almas en la estancia de los muertos. De esta función deriva el nombre de Hermes Psicopompo, <>. A este respecto simboliza al Buen Pastor. Es como un mediador entre la divinidad y los hombres.


POR QUE EL SIMBOLISMO DE LAS SERPIENTES
<> La misma observación se encuentra en René Guénon.
El simbolismo de la serpiente está efectivamente ligado a la misma idea de la vida; en arábico la serpiente es el-hayyah y la vida el-hayat (GUES, 159) y añade, lo cual es capital, que El-Hay, uno de los principales nombres divinos, debe traducirse no por <> como se hace a menudo, sino por <>, el que da la vida o que es el principio mismo de la vida.
En el plano humano, es el doble símbolo del alma y de la libido. La serpiente, escribe Bachelard (BACR, 212), <>.
En el tantrismo es la Kundalini , enroscada en la base de la columna vertebral, sobre el chakra del estado del sueño; <> (DURS, 343).
Cuando se despierta, la serpiente silba y se empina, y la ascensión sucesiva de los chakras tiene lugar: es la subida de la libido, la manifestación renovada de la vida. Los infiernos y los océanos, el agua primordial y la tierra profunda, no forman más que una materia prima, una substancia primordial, que es la serpiente.
Espíritu del agua primera, es el espíritu de todas las aguas, sean las de abajo, las que corren por la superficie de la tierra, o las de arriba. Innumerables ríos de Grecia y del Asia menor, subraya Krappe (KRAM 205), llevan el nombre de Ophis o de draco; es también el padre Rin, el Sena Deus Sequana, la madre Ganges, cuya importancia religiosa es notoria, y la madre Volga, el río-dios. Ciertos artibutos teriomorfos precisan a menudo la función terrena o celeste de esta divinidad de las aguas: así se explica el <> de Virgilio, imagen en la cual la serpiente se anexiona el poder del toro, representado por los cuernos del mismo modo Aqueloo, el río más grande de la Grecia antigua, toma alternativamente las apariencias de serpiente y de toro para afrontar a Heracles.
Divinidad de las nubes y de las lluvias fertilizantes, la serpiente adquiere a veces los poderes del morueco (es la serpiente criocéfala, frecuente en la iconografía céltica y sobre todo en la gálica) o del pájaro (son los dragones alados del Extremo Oriente y sus homólogos del panteón mesoamericano, las serpientes emplumadas).
Conocida es la importancia fundamental que revisten tales imágenes simbólicas en esas dos grandes civilizaciones agrarias que conceden particular atención a los fenómenos meteorológicos. El dragón celeste es, en el Extremo Oriente, el padre mítico de numerosas dinastías y los emperadores de la China lo llevaban bordado en sus estandartes para significar el origen divino de su monarquía.
En las mitologías amerindias, subraya Alexander (ALEC, 125ss), desde México hasta el Perú, el mito del pájaro-serpiente coincide con las religiones más antiguas de la cultura del maíz; está asociado a <>
Por tanto la serpiente es ese dios, es el ancestro mítico . Convertida en antepasado mítico y héroe civilizador-cuya forma más común es el Quetzalcóatl de los toltecas, adoptado luego por los aztecas-, se encarna y se sacrifica por el género humano. La iconografía mesoamericana nos ilustra sobre el sentido de semejante sacrificio. Así, el Códice de Dresde presenta <> (GIRP, 269).
Habría mucho qué decir sobre este sacrificio, que no es solamente el de la nube; es también la muerte del deseo, en el cumplimiento de su misión de amor. En un plano más concretamente cosmogónico-que, en el sufismo, se convierte en la base de una mística- es el desgarramiento de la unicidad primera, doble en una, que se separa en esos dos componentes para hacer posible el orden humano. Para Jacques Soustelle el sacrificio de Quetzalcóatl es una reasunción del esquema clásico de la iniciación, hecho de una muerte seguida de renacimiento: se convierte en el sol y muere en el oeste para renacer en el este; dos en uno y dialéctico en sí mismo, es el protector de los gemelos .
El vivificador-inspirador: la serpiente médico adivino. Más que una voluntad de hegemonía del espíritu en detrimento de las fuerzas naturales, hay que ver aquí un afán de equilibrar estas dos fuerzas fundamentales del ser, impidiendo que una de ellas- la que no es comprobable- intente prevalecer sobre la otra. El mismo afán se vuelve a encontrar en la mitología griega, con el episodio de la lucha de Zeus contra Tifón, equivalente de Apofis. Tifón hijo de Gaya (la tierra) o Hera, no es ya una serpiente, sino un monstruoso dragón de cien cabezas.


El papel de inspirador de la serpiente aparece a plena luz en los mitos y los ritos relativos a la historia y al culto de las dos grandes divinidades de la poesía, de la música, de la medicina y sobre todo de la adivinación, que son Apolo y Dionisios. Apolo, el más solar, el más olímpico de los olímpicos, inaugura podría decirse, su carrera liberando el oráculo de Delfos de esta otra hipertrofia de las fuerzas naturales que es la serpiente Pitón. La serpiente no es médico, es medicina; así debe ser comprendido el caduceo, cuyo bastón está hecho para ser cogido por la mano. El espíritu es el terapeuta que debe experimentarlo en primer lugar sobre sí mismo, para aprender a hacer uso de él en beneficio del cuerpo social. De lo contrario mata en lugar de curar, trae el desequilibrio y una locura del carácter en lugar de armonizar las relaciones entre ser y la razón. De ahí la importancia de los guías espirituales que encabezan las cofradías inciáticas.
Son en cierto modo terapeuta del alma – en el sentido griego de la palabra -, psicoanalista avant la lettre o mas bien psicagogos. Si no han hecho morir y renacer en ellos la serpiente, no practican más que un psicoanálisis salvaje y nocivo. Es lo que ocurrirá con la decadencia de las sociedades dionisíacas, consecutiva a la clandestinidad en que las encierra el mundo moderno. Aun cuando este mundo se reclama de los antiguos, parece que olvida la lección de templanza que se desprende del conjunto de su mitología cada vez que ésta trata de la serpiente; condición de todo equilibrio, esta templanza parece en algunos sentidos próxima a <>, de la que habla Cristo. Hemos hablado de la ambivalencia sexual de la serpiente.


Esta se traduce en este aspecto de su simbolismo por el hecho de que es a la vez matriz y falo. Semejante hecho viene atestiguado por un gran número de documentos iconográficos, tanto del neolítico asiático como de las culturas amerindias, en las cuales el cuerpo del animal (fálico en su totalidad) está decorado con rombos simbólicos de la vulva.
Si en realidad todos los símbolos son funciones y signos de lo energético, la serpiente es simbólica por antonomasia de la energía, de la fuerza pura y sola; de ahí sus ambivalencias y multivalencias. Otra razón de la diversidad de sus aspectos simbólicos se deriva de que éstos provienen o de la totalidad de la serpiente o de uno de sus rasgos dominantes: avance reptante, asociación frecuente al árbol y analogía con sus raíces y ramas, muda de la piel, lengua amenazante, esquema onduloso, silbido, forma de ligamento y agresividad por enlazamiento de sus víctimas, etc.


Otra razón de su multivocidad simbólica depende de la localización de su vida; hay serpientes que viven en el bosque, serpientes del desierto, serpientes marinas, serpientes de los lagos y los estanques, de los pozos y de las fuentes. La contraposición de dos serpientes, cual en el caduceo de Mercurio, indica el equilibrio de fuerzas, la contraposición de la serpiente domada (fuerza sublimada) a la serpiente salvaje (bien y mal, salud y enfermedad).


También incluye esta imagen repetida, como muy agudamente señala Jung, el presentimiento de la homeopatía, la curación por lo que causó el daño. La serpiente es entonces fuente de salud del daño causado por la serpiente. Por eso puede ser símbolo de San Juan Evangelista y aparecer junto a un cáliz. Las cualidades centrales de la serpiente, como dijimos, determinan sus significaciones. Teillard dice a su propósito: Animal dotado de fuerza magnética. Por su muda de piel, símbolo de la resurrección. Por su carácter reptante (y sus anillos estranguladores) significa la fuerza.


Por su peligrosidad, el aspecto maligno de la naturaleza. La muda de la piel impresionó poderosamente a los autores antiguos: Filón de Alejandría cree que la serpiente, al desprenderse de su piel, se desprende también de la vejez; que puede matar y curar, siendo por ello símbolo y atributo de los poderes adversarios, positivo y negativo, que rigen el mundo (idea gnóstica y maniquea de origen persa). Llega a considerarla como <>.


VARITA (vara) .


1. Como el bastón, la varita es símbolo de potencia y de clarividencia, tanto si estos atributos vienen de Dios, como si son de naturaleza mágica, hurtados a las fuerzas celestes o recibidos del demonio, como ocurre con la varita del mago, de la bruja o del hada. Sin la varilla mántica, el adivino no puede trazar el círculo sobre la tierra, donde éste se encierra para evocar a los espíritus; o en el cielo, el cuadrado con que encuadra las aves, para poder interpretar su vuelo.


La varita de virtudes de los zahoríes, sobre todo la de avellano, servía antaño no solamente para descubrir los manantiales, sino también los yacimientos de minerales, o los depósitos de ciertas materias. El atributo de Asclepios el dios curandero, hijo de Apolo, es una varita mágica; el nombre mismo del dios significaba, según A. Carnoy, <>. El caduceo, símbolo de la medicina, no es otra cosa que una varita mágica compuesta de un palo alrededor de la cual se enrollan dos serpientes; <> (SECG, 278).


También es una varita mágica lo que Apolo promete como regalo a Hermes, a cambio de la lira que el joven dios acaba de inventar y confeccionar con un caparazón de tortuga, una piel y nervios de buey, <> ( Himno homérico a Hermes. 530). Esta varita maravillosa posee, entre otros privilegios, el de adormecer y despertar a los hombres, y <> (SECG, 274), es decir, del patronaje de Hermes (Mercurio).


El justo reconocimiento al bastón de Esculapio como emblema de la Medicina


La gran mayoría de las personas y tal vez algunos médicos, no se han percatado todavía de las diferencias existentes entre los dos emblemas que tradicionalmente han servido para representar a la Medicina , a través de los años: el caduceo de Mercurio (Hermes) y el bastón de Esculapio (Aesclepes, Asclepio).Según algunos autores, la costumbre de venerar la serpiente data de 3000 a de J. C., cuando la estrella Alpha Draconis de la Constelación Draco era la Estrella Polar,que se consideraba muy importante para determinar el sino del hombre.


Incluso en la Biblia aparece este juicio: “Y Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó sobre el polo. Y cuando una serpiente atacaba a un hombre, si éste contemplaba la serpiente metálica, no moría”.


El bastón de Esculapio


Otro símbolo semejante al caduceo es la vara de Esculapio, o sea una vara de ciprés con una serpiente enroscada. Este emblema apareció unos 800 años a de J. C., en tiempos de Homero. Según la mitología, Esculapio era hijo de Apolo y de Coronis; ésta era hija de Flegias, rey de Tesalia.


Existe una leyenda en la que, encolerizado Apolo porque Coronis estaba enamorada del hijo de Eratos, cuando nació su hijo (por cesárea) lo dejó abandonado en el Monte Titón, donde fue amamantado por una cabra. Un pastor encontró al niño y lo entregó al cuidado del centauro Qirón, quien le enseñó la medicina.


A este dios de la Medicina los griegos le llamaban Asklepios,(significa "incesantemente benévolo") y los romanos Aesculapius (Esculapio). Esculapio acompañó al héroe Jasón, jefe de la expedición de los argonautas que iban en busca del vellocino de oro.


Los templos dedicados a Esculapio se llamaban asclepiones. El famoso Santuario de Epidauro (Peloponeso) fue probablemente el primer asclepión. Tenía uno de los mayores teatros del mundo antiguo; allí los enfermos encontraban por lo menos alivio mental.


Los enfermos que visitaban el santuario de Esculapio, que tardó varias generaciones en construirse, solían llegar de muy lejos. Los peregrinos tenían la esperanza de que el dios médico les curaría mientras dormían. El templo estaba conformado por tres terrazas estructuradas en niveles y a las que se llegaban por grandes escalinatas. En la terraza más baja se abrían numerosos pozos en donde se practicaban abluciones rituales.


En la terraza central, los peregrinos ofrecían sacrificios al dios. En ella se hallaba también el Tesauro o tesoro del templo. Cada persona que obtenía la ayuda del dios debía hacer una donación; es decir, debía pagar honorarios. La tercera terraza, a la que se llegaba por una majestuosa escalinata, era la más alta. Estaba rodeada por tres de sus lados con salones columnarios. En este abatón se llevaba a cabo el llamado sueño terapéutico, la "incubación". Todo este servicio, era proporcionado por sacerdotes que disponían a los enfermos en las salas donde se hallaban dispuestas camas en las que se producían las curaciones mientras dormían.


El único documento que describe las actividades nocturnas, que acaecían durante el sueño terapéutico, es un fragmento de una comedia escrita por Aristófanes. En ella, un esclavo inculto describe los hechos de la siguiente manera: "Al anochecer los enfermos se acuestan en las camas de reposo (gr. cline; de donde proviene el término clínico). Los siervos del templo (gr. therapeutes) apagan la luz y piden silencio. Un sacerdote da entonces una vuelta para recoger el pan de oblación de los altares. Después aparece el dios escoltado por sus dos hijas y un esclavo. Va de cama en cama para examinar a los enfermos y mezcla ungüentos y jarabes".


Actualmente se considera que las causas psicosomáticas de muchas enfermedades, la disposición y la fe de los que buscaban auxilio, así como la irradiación del lugar desempeñaron un papel decisivo en el éxito que alcanzaron las curaciones en el templo bajo la protección de Esculapio.


Las serpientes representadas en los símbolos de Esculapio corresponden al género Coluber longissimus, de color amarillo y negro y de uno a dos metros de largo. Estos ofidios aún se encuentran en las ruinas de los templos romanos del Sur de Europa. Es improbable, como dice la literatura antigua, que las serpientes chuparan las heridas de los pacientes, pero según los sacerdotes de Epidauro, bajo su influjo se conseguían curas milagrosas.


Actualmente la vara de Esculapio sirve de emblema del cuerpo médico del ejército en Gran Bretaña, Alemania, Suecia, Francia, México y Filipinas. En 1818, los Estados Unidos también incluyeron este símbolo en las insignias del cuerpo de Sanidad Militar; las fuerzas aéreas lo adoptaron en 1957. En 1912 la American Medical Association adoptó el símbolo de Esculapio como emblema oficial de esta organización. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo usa desde su fundación en 1947.







Foto de Juan Avila.

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Foto de Juan Avila.

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