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LA REGLA EN DOCE PUNTOS



LA REGLA EN DOCE PUNTOS<br/><br/>Jorge Olguín.<br/><br/>1. La Francmasonería es una fraternidad iniciática que tiene por fundamento tradicional la fe en Dios, Gran Arquitecto del Universo.<br/><br/>La masonería es una Orden iniciática que, teniendo unos orígenes antiquísimos, continúa ofreciendo en su esencia de regularidad un método de perfeccionamiento individual, aplicable a nivel profesional, personal, social, intelectual y espiritual. Grandes hombres, como Santiago Ramón y Cajal, Alexander Fleming, Enrico Fermi, Franz Liszt, George Washington, Henri Dunant, León Tolstoi y Rabindranath Tagore, entre muchos otros, fueron masones.<br/>Iniciática porque todo lo que no sea trabajar "la Piedra Bruta" de nuestra inconsciencia y no encaminar nuestros pasos hacia ese fin, es perder el tiempo; nos guste o no, por desgracia, es así. En el mismo error y por parecidas circunstancias está pasando la actual iglesia católica. Dicho de otra manera: si hoy en día te pones a defender los derechos de los trabajadores y de los marginados, o determinadas reivindicaciones sociales, estarás ocupando el lugar asignado a sindicatos, partidos políticos y otras organizaciones sociales, pero perdiendo tu espacio de acción. Y esta pérdida de lugar hace que otras órdenes vacías de contenido lo ocupen con rapidez.<br/><br/>2. la Francmasonería se refiere a los “antiguos deberes” y a los Landmarks, fundamentos de la fraternidad, especialmente al absoluto respecto de las tradiciones específicas de la orden, y esencialmente, a la regularidad de su jurisdicción. Estos fundamentos constituyen las reglas explicitas e imperativas, que hacen que la Orden sea una Orden y no una entidad asociativa.<br/><br/>“Si lo que pedimos es protagonismo y encontrar honores que den respuesta a nuestras frustraciones personales, no los vamos a encontrar. Si lo que pedimos es poder mandar porque no nos dejan hacerlo en casa o en el trabajo, fracasaremos. Si queremos influir directamente en nuestra sociedad y queremos luchar contra las desigualdades sociales, más vale que nos apuntemos a un partido político o a un sindicato de clase. Si lo que pedimos son relaciones sociales, o contactos con vistas a posibles negocios, existen otras asociaciones y clubs sociales y empresariales. Nada de esto puede ofrecernos la Francmasonería y es preciso desconfiar de cualquier Obediencia que aunque sea disimuladamente los proponga como fines.”<br/><br/>3. La Francmasonería es una Orden a la que únicamente pueden pertenecer hombres libres y respetables que se comprometan a practicar un ideal de paz, de amor y de fraternidad.<br/><br/>El punto 3º es similar al Principio 4º, que dice que solo pueden ser miembros de la Gran Logia, así como de las Logias en particular, exclusivamente varones y que la Gran Logia no tenga relaciones masónicas de ninguna clase, con cualquier tipo de Logias o cuerpos que admitan, como miembros a personas de sexo femenino. En resumen, para las denominadas Obediencias Regulares, ese Principio es de obligado cumplimiento. Es preciso comentar, que estas Obediencias abrieron esta norma a miembros procedentes de las otras dos religiones reveladas: la islámica y la judaica, continuando pero, con la exigencia en cualquier caso de la creencia en Dios, permitiendo a los interesados, eso sí, tomar sus juramentos, de acuerdo a su religión de procedencia, es decir, sobre el Corán o sobre la Torá. En realidad, éste es el resultado de la situación de "consenso" como decimos ahora, a que se llegó en Inglaterra, entre la Gran Logia de los "Antiguos" y la de los "Modernos" y que supuso un rebaje en las exigencias de salida, una "descristianización" de facto de los textos y rituales vigentes hasta entonces.<br/>Hecha esta distinción entre el listado de Obediencias nombrado, queda una larga lista en la que se mezclan, tanto Obediencias absolutamente respetuosas con los principios enumerados como criterios de reconocimiento mutuo entre las Grandes Logias Regulares, pero no reconocidas por la Gran Logia Unida de Inglaterra, al seguir ésta la norma de reconocer solamente una Obediencia Regular por país; como aquellas otras Obediencias, dichas de la línea "liberal", que se alinean junto al Gran Oriente de Francia, Obediencia que en 1877, decidió suprimir en todas las Logias de su jurisdicción, la exigencia de la creencia en Dios y el prestar los compromisos sobre el Volumen de la Ley Sagrada, dejando a cada cual que procediera según su juicio.<br/>Esta decisión del Gran Oriente de Francia, le supuso la total pérdida de reconocimientos por parte de Inglaterra, y la convirtió en líder de la tendencia "liberal" dentro de la masonería.<br/>A pesar que el Principio antes nombrado no admite la mujer en su seno, nadie puede esgrimir el menor argumento que incapacite a la mujer para la Iniciación. En el mundo occidental los ritos iniciáticos estaban vinculados al oficio, y la mujer, tenía sus propios ritos iniciáticos, adaptados a oficios más particularmente femeninos, y a través de los cuales llevaba a cabo su trabajo de realización interna. Estos oficios, están relacionados sobre todo con el tejido, como fue el caso de las "hiladoras de seda".<br/>Desafortunadamente ningún ritual que se refiera a este tipo de iniciaciones femeninas parece haberse conservado hasta hoy, al menos en cuanto a Occidente se refiere, aunque se sabe, eso sí, que dichos oficios estaban vinculados al Compañerazgo, organización iniciática artesanal muy cercana a la Masonería. Esto sucedió, por ejemplo, en el arte de la tapicería durante la Edad Media occidental. Los tapiceros y tapiceras, eran dirigidos en su labor por maestras tejedoras y bordadoras, que al mismo tiempo que enseñaban la técnica del oficio, también transmitían su código simbólico.<br/><br/>4. La Francmasonería busca a través del perfeccionamiento de sus miembros el de la humanidad entera.<br/><br/>«Los masones de hoy en día, y esto desde hace algunos siglos, no erigen más construcciones en piedra, pero ello nada quita al carácter simbólico de la arquitectura ni a la posibilidad de que se lleve a cabo así y todo un trabajo "operativo" basándose en su simbolismo. No entendamos ello como una simple 'metáfora'. Se trata de una 'construcción espiritual', que puede ir abriendo caminos internos en cada ser».<br/><br/>5. la Francmasonería exige a todos sus miembros la practica exacta y escrupulosa de los rituales y del simbolismo, medios de acceso al Conocimiento por las vías espirituales e iniciáticas que le son propias.<br/><br/>El Sistema Simbólico transforma completamente la vida del ser humano, dándole la vivencia de una realidad más amplia y los rituales son el medio para ello, ya que son experiencias trascendentes. Debe haber un trabajo conjunto y paralelo de introspección y estudio de la realidad, logrando la armonía entre lo ideal y la materia.<br/><br/>6. La Francmasonería exige a todos sus miembros el respecto a las ideas y creencias de todos. Prohíbe en su seno toda discusión de orden religioso o político, de esta forma es un centro permanente de unión fraternal donde reina una comprensión, una tolerancia y una fructuosa armonía entre los hombres, que de otra manera, serían extraños los unos a los otros.<br/><br/>La amplitud de criterio y el respeto por las creencias del otro fortalecen la fraternidad. Puedo no compartir una idea, pero puedo comprenderla.<br/><br/>7. Los Francmasones recogen sus obligaciones sobre el volumen de la Ley Sagrada, con el fin de dar al juramento prestado sobre el mismo, el carácter solemne y sagrado indispensable para su perennidad.<br/><br/>La primera de las obligaciones consiste en guardar un silencio absoluto de los asuntos tratados en las reuniones o "tenidas". La Masonería no es propiamente una sociedad secreta, pero sí es discreta. En los varios siglos de actuación que lleva recorridos ha podido probar que solo con reserva, sigilo y discreción se puede estar a salvo de los ataques que nacen de la indiscreción, del fanatismo y de la envidia. Recordemos a Sócrates acusado de pervertir a la juventud, a Galileo torturado por blasfemo, a Spinoza excomulgado por ateo y a tantos otros que han seguido igual o peor suerte. Y si hay quien diga que esos tiempos ya pasaron y que en los tiempos actuales hay libertad de expresión y respeto hacia las ideas nuevas, les diremos que están en su derecho de creerlo así; pero que la Masonería está estructurada de modo tal que pueda seguir funcionando aunque impere un régimen de opresión política y económica y de coartación de la libertad. Por tanto, no necesita justificar su exigencia de que sus miembros guarden cuidadosamente sus secretos, puesto que ello es parte de su naturaleza, y la sabiduría de este proceder ha sido constatada en tiempos buenos y malos.<br/><br/>8. Los Francmasones se reúnen en las logias, para trabajar según el ritual, con compromiso y asiduidad, conforme a los reglamentos prescritos por la constitución y los reglamentos generales de la obediencia.<br/><br/>Otra de las obligaciones que se desprenden de los reglamentos particulares de las logias están incluidos los de asistir puntualmente a las "tenidas" semanales, estar al corriente en el pago de las "capitas" y conducirse siempre con decoro y orden.<br/><br/>9. Los Francmasones solo deben admitir en sus logias a hombres mayores de edad, de reputación perfecta, gente de honor, leales y discretos, dignos desde todos los puntos, de ser sus hermanos y aptos para reconocer los límites del dominio del hombre y el infinito poder del Eterno.<br/><br/>Aquí vuelvo al punto 3, reconociendo que la mujer tiene el mismo derecho que el varón. Es obvio que deben ser mayores de edad y todo lo que indica el punto 9 para asumir la responsabilidad que les corresponde, reconociendo dichos límites.<br/><br/>10. Los Francmasones cultivan en sus logias, el amor a la patria, el respeto a las leyes y a las autoridades constituidas. Consideran el trabajo como el deber primordial del ser humano y lo honran de todas las formas.<br/><br/>Es la manera más idónea de demostrar que el Francmasón es Libre y de buenas costumbres.<br/><br/>11. los Francmasones contribuyen por el ejemplo activo de su comportamiento sabio y digno, al esplendor de la orden, respetando el secreto masónico.<br/><br/>Ese es uno de los puntos más importantes: Predicar con el ejemplo, ya que los demás hermanos no solo se fijan en lo que hablamos, sino que también reparan en cómo nos comportamos.<br/><br/>12. los Francmasones se deben mutuamente, dentro del honor, ayuda y protección fraternal, incluso con peligro de su vida. Practicarán el arte de conservar en todas circunstancias, la calma y el equilibrio indispensables a una perfecta maestría de sí mismo.<br/><br/>Fraternidad es hermandad y la ayuda y protección es inherente entre hermanos. La calma va más allá de la maestría de sí mismo. Es la virtud que nos permite obrar con total diligencia en los casos antes mencionados.<br/>Destaco para finalizar que cada uno tiene su tiempo y que somos artífices de nuestro propio Ser. Las herramientas simbólicas están aquí, en el Taller.<br/><br/>S.•.F.•.U.•.









LA REGLA EN DOCE PUNTOS


Jorge Olguín.


1. La Francmasonería es una fraternidad iniciática que tiene por fundamento tradicional la fe en Dios, Gran Arquitecto del Universo.




La masonería es una Orden iniciática que, teniendo unos orígenes antiquísimos, continúa ofreciendo en su esencia de regularidad un método de perfeccionamiento individual, aplicable a nivel profesional, personal, social, intelectual y espiritual. Grandes hombres, como Santiago Ramón y Cajal, Alexander Fleming, Enrico Fermi, Franz Liszt, George Washington, Henri Dunant, León Tolstoi y Rabindranath Tagore, entre muchos otros, fueron masones.
Iniciática porque todo lo que no sea trabajar "la Piedra Bruta" de nuestra inconsciencia y no encaminar nuestros pasos hacia ese fin, es perder el tiempo; nos guste o no, por desgracia, es así. En el mismo error y por parecidas circunstancias está pasando la actual iglesia católica. Dicho de otra manera: si hoy en día te pones a defender los derechos de los trabajadores y de los marginados, o determinadas reivindicaciones sociales, estarás ocupando el lugar asignado a sindicatos, partidos políticos y otras organizaciones sociales, pero perdiendo tu espacio de acción. Y esta pérdida de lugar hace que otras órdenes vacías de contenido lo ocupen con rapidez.


2. la Francmasonería se refiere a los “antiguos deberes” y a los Landmarks, fundamentos de la fraternidad, especialmente al absoluto respecto de las tradiciones específicas de la orden, y esencialmente, a la regularidad de su jurisdicción. Estos fundamentos constituyen las reglas explicitas e imperativas, que hacen que la Orden sea una Orden y no una entidad asociativa.


“Si lo que pedimos es protagonismo y encontrar honores que den respuesta a nuestras frustraciones personales, no los vamos a encontrar. Si lo que pedimos es poder mandar porque no nos dejan hacerlo en casa o en el trabajo, fracasaremos. Si queremos influir directamente en nuestra sociedad y queremos luchar contra las desigualdades sociales, más vale que nos apuntemos a un partido político o a un sindicato de clase. Si lo que pedimos son relaciones sociales, o contactos con vistas a posibles negocios, existen otras asociaciones y clubs sociales y empresariales. Nada de esto puede ofrecernos la Francmasonería y es preciso desconfiar de cualquier Obediencia que aunque sea disimuladamente los proponga como fines.”


3. La Francmasonería es una Orden a la que únicamente pueden pertenecer hombres libres y respetables que se comprometan a practicar un ideal de paz, de amor y de fraternidad.


El punto 3º es similar al Principio 4º, que dice que solo pueden ser miembros de la Gran Logia, así como de las Logias en particular, exclusivamente varones y que la Gran Logia no tenga relaciones masónicas de ninguna clase, con cualquier tipo de Logias o cuerpos que admitan, como miembros a personas de sexo femenino. En resumen, para las denominadas Obediencias Regulares, ese Principio es de obligado cumplimiento. Es preciso comentar, que estas Obediencias abrieron esta norma a miembros procedentes de las otras dos religiones reveladas: la islámica y la judaica, continuando pero, con la exigencia en cualquier caso de la creencia en Dios, permitiendo a los interesados, eso sí, tomar sus juramentos, de acuerdo a su religión de procedencia, es decir, sobre el Corán o sobre la Torá. En realidad, éste es el resultado de la situación de "consenso" como decimos ahora, a que se llegó en Inglaterra, entre la Gran Logia de los "Antiguos" y la de los "Modernos" y que supuso un rebaje en las exigencias de salida, una "descristianización" de facto de los textos y rituales vigentes hasta entonces.
Hecha esta distinción entre el listado de Obediencias nombrado, queda una larga lista en la que se mezclan, tanto Obediencias absolutamente respetuosas con los principios enumerados como criterios de reconocimiento mutuo entre las Grandes Logias Regulares, pero no reconocidas por la Gran Logia Unida de Inglaterra, al seguir ésta la norma de reconocer solamente una Obediencia Regular por país; como aquellas otras Obediencias, dichas de la línea "liberal", que se alinean junto al Gran Oriente de Francia, Obediencia que en 1877, decidió suprimir en todas las Logias de su jurisdicción, la exigencia de la creencia en Dios y el prestar los compromisos sobre el Volumen de la Ley Sagrada, dejando a cada cual que procediera según su juicio.
Esta decisión del Gran Oriente de Francia, le supuso la total pérdida de reconocimientos por parte de Inglaterra, y la convirtió en líder de la tendencia "liberal" dentro de la masonería.
A pesar que el Principio antes nombrado no admite la mujer en su seno, nadie puede esgrimir el menor argumento que incapacite a la mujer para la Iniciación. En el mundo occidental los ritos iniciáticos estaban vinculados al oficio, y la mujer, tenía sus propios ritos iniciáticos, adaptados a oficios más particularmente femeninos, y a través de los cuales llevaba a cabo su trabajo de realización interna. Estos oficios, están relacionados sobre todo con el tejido, como fue el caso de las "hiladoras de seda".
Desafortunadamente ningún ritual que se refiera a este tipo de iniciaciones femeninas parece haberse conservado hasta hoy, al menos en cuanto a Occidente se refiere, aunque se sabe, eso sí, que dichos oficios estaban vinculados al Compañerazgo, organización iniciática artesanal muy cercana a la Masonería. Esto sucedió, por ejemplo, en el arte de la tapicería durante la Edad Media occidental. Los tapiceros y tapiceras, eran dirigidos en su labor por maestras tejedoras y bordadoras, que al mismo tiempo que enseñaban la técnica del oficio, también transmitían su código simbólico.


4. La Francmasonería busca a través del perfeccionamiento de sus miembros el de la humanidad entera.


«Los masones de hoy en día, y esto desde hace algunos siglos, no erigen más construcciones en piedra, pero ello nada quita al carácter simbólico de la arquitectura ni a la posibilidad de que se lleve a cabo así y todo un trabajo "operativo" basándose en su simbolismo. No entendamos ello como una simple 'metáfora'. Se trata de una 'construcción espiritual', que puede ir abriendo caminos internos en cada ser».


5. la Francmasonería exige a todos sus miembros la practica exacta y escrupulosa de los rituales y del simbolismo, medios de acceso al Conocimiento por las vías espirituales e iniciáticas que le son propias.


El Sistema Simbólico transforma completamente la vida del ser humano, dándole la vivencia de una realidad más amplia y los rituales son el medio para ello, ya que son experiencias trascendentes. Debe haber un trabajo conjunto y paralelo de introspección y estudio de la realidad, logrando la armonía entre lo ideal y la materia.


6. La Francmasonería exige a todos sus miembros el respecto a las ideas y creencias de todos. Prohíbe en su seno toda discusión de orden religioso o político, de esta forma es un centro permanente de unión fraternal donde reina una comprensión, una tolerancia y una fructuosa armonía entre los hombres, que de otra manera, serían extraños los unos a los otros.


La amplitud de criterio y el respeto por las creencias del otro fortalecen la fraternidad. Puedo no compartir una idea, pero puedo comprenderla.


7. Los Francmasones recogen sus obligaciones sobre el volumen de la Ley Sagrada, con el fin de dar al juramento prestado sobre el mismo, el carácter solemne y sagrado indispensable para su perennidad.


La primera de las obligaciones consiste en guardar un silencio absoluto de los asuntos tratados en las reuniones o "tenidas". La Masonería no es propiamente una sociedad secreta, pero sí es discreta. En los varios siglos de actuación que lleva recorridos ha podido probar que solo con reserva, sigilo y discreción se puede estar a salvo de los ataques que nacen de la indiscreción, del fanatismo y de la envidia. Recordemos a Sócrates acusado de pervertir a la juventud, a Galileo torturado por blasfemo, a Spinoza excomulgado por ateo y a tantos otros que han seguido igual o peor suerte. Y si hay quien diga que esos tiempos ya pasaron y que en los tiempos actuales hay libertad de expresión y respeto hacia las ideas nuevas, les diremos que están en su derecho de creerlo así; pero que la Masonería está estructurada de modo tal que pueda seguir funcionando aunque impere un régimen de opresión política y económica y de coartación de la libertad. Por tanto, no necesita justificar su exigencia de que sus miembros guarden cuidadosamente sus secretos, puesto que ello es parte de su naturaleza, y la sabiduría de este proceder ha sido constatada en tiempos buenos y malos.


8. Los Francmasones se reúnen en las logias, para trabajar según el ritual, con compromiso y asiduidad, conforme a los reglamentos prescritos por la constitución y los reglamentos generales de la obediencia.


Otra de las obligaciones que se desprenden de los reglamentos particulares de las logias están incluidos los de asistir puntualmente a las "tenidas" semanales, estar al corriente en el pago de las "capitas" y conducirse siempre con decoro y orden.


9. Los Francmasones solo deben admitir en sus logias a hombres mayores de edad, de reputación perfecta, gente de honor, leales y discretos, dignos desde todos los puntos, de ser sus hermanos y aptos para reconocer los límites del dominio del hombre y el infinito poder del Eterno.


Aquí vuelvo al punto 3, reconociendo que la mujer tiene el mismo derecho que el varón. Es obvio que deben ser mayores de edad y todo lo que indica el punto 9 para asumir la responsabilidad que les corresponde, reconociendo dichos límites.


10. Los Francmasones cultivan en sus logias, el amor a la patria, el respeto a las leyes y a las autoridades constituidas. Consideran el trabajo como el deber primordial del ser humano y lo honran de todas las formas.


Es la manera más idónea de demostrar que el Francmasón es Libre y de buenas costumbres.


11. los Francmasones contribuyen por el ejemplo activo de su comportamiento sabio y digno, al esplendor de la orden, respetando el secreto masónico.


Ese es uno de los puntos más importantes: Predicar con el ejemplo, ya que los demás hermanos no solo se fijan en lo que hablamos, sino que también reparan en cómo nos comportamos.


12. los Francmasones se deben mutuamente, dentro del honor, ayuda y protección fraternal, incluso con peligro de su vida. Practicarán el arte de conservar en todas circunstancias, la calma y el equilibrio indispensables a una perfecta maestría de sí mismo.


Fraternidad es hermandad y la ayuda y protección es inherente entre hermanos. La calma va más allá de la maestría de sí mismo. Es la virtud que nos permite obrar con total diligencia en los casos antes mencionados.
Destaco para finalizar que cada uno tiene su tiempo y que somos artífices de nuestro propio Ser. Las herramientas simbólicas están aquí, en el Taller.


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