La Masonería de hoy, como el resto del mundo, está en el punto de crisis, por lo que su futuro pende de un hilo. El reconocimiento de esta crisis apenas acaba de comenzar, lo que significa, que si la humanidad tiene éxito en apresar la visión espiritual del nuevo día, la Masonería, enfrentando su renovación algo después que otras áreas de la vida humana, tales como la religión y la educación, tendrá la enorme ventaja de que la marea haya pasado.
Muy pocos masones tienen el conocimiento del hecho de que la Masonería es una forma de vida y una búsqueda espiritual que es comparable a la búsqueda espiritual de toda la humanidad, que las iglesias están destinadas a ayudar, pero que lamentablemente han fallado porque han sucumbido y están controladas por el materialismo.
La Masonería no está hoy tan controlada por el materialismo como los otros tres departamentos principales de la actividad hoy día bajo estímulo espiritual, a saber: el gobierno, la educación y la religión. Ésta es una enorme ventaja que ayuda al amanecer del nuevo día en el cual se alcanzará el verdadero destino de la Fraternidad Masónica.
W. L.Wilmshurst, manifiesta con profunda percepción que el trabajo del Maestro Masón es reconstruir el Templo de la caída humanidad. Esta afirmación es elocuente de la clara comprensión de que la Orden Masónica no está concebida simplemente para ayudar al individuo que la integra, sino que tiene una misión mundial en ayuda de los hombres de todas partes, y que esta misión es espiritual. El estudio de las realidades espirituales que se encuentra en la Masonería revela que nosotros hemos perpetuado y activado acrecentadamente los principios esenciales de las antiguas Escuelas Mistéricas, que han existido desde la más remota antigüedad.
Está bien establecido que hubo tales Escuelas y que ellas existieron para el entrenamiento de la vida espiritual de aquellos que participaban. En los antiguos días de las Escuelas Mistéricas la preservación del secreto era una necesidad física, por el motivo de la persecución. La meta incluía la necesidad de prestar poca atención al mundo exterior y el hecho de practicar el servicio en relación a los problemas de la humanidad no era un motivo vital. Eso fue hace mucho tiempo.
Había tres etapas principales en estas antiguas Escuelas. La primera era integrarse a la Orden por el despertar en el individuo de una sed por la verdad, una manera de progresar a la maestría de la vida. Esto conducía al comienzo del auto-entrenamiento. Esta etapa es algo comparable a lo que el esoterista llama Sendero de Probación; y la verdadera comprensión del propósito del tiempo
pasado en el primer grado de nuestra Logia Azul lo muestra igual. En ese grado el candidato entra sin luz espiritual, lo cual está simbolizado por la venda en sus ojos. Allí él recibe luz y en su trabajo como A. entiende el significado y comienza el proceso de autocontrol en términos de vida constructiva y de autodisciplina. Hay muchas analogías que vienen a la mente mientras reflexionamos estos temas. Los tres grados de la Masonería dan expresión a una de las más antiguas plegarias conocidas por el hombre.
El primer grado da cumplimiento a esta primera línea de la plegaria: «Condúceme de la obscuridad a la luz». el segundo grado se refiere a la segunda línea: «Condúceme de lo irreal a lo Real», que se logra mediante el uso correcto de la mente para el propósito espiritual. Y el tercer grado es la culminación de este antiguo rezo: «Condúceme de la muerte a la inmortalidad».
El mandíl masónico entregado al A. es blanco puro y carece de adornos, tiene la forma de un cuadrado con una pechera triangular hacia arriba. El cuadrado representa la personalidad, y el triángulo, el alma. A medida que se realiza el progreso, eventualmente el triángulo es volcado hacia abajo, simbolizando el control de la personalidad por el alma. Nosotros recordamos las palabras de una fórmula esotérica:
«En el centro de la Voluntad de Dios yo permanezco; nada apartará mi voluntad de la Suya. Complemento esa voluntad con el amor. Me dirijo al campo del servicio. Yo, el triángulo divino, desarrollo esa voluntad dentro del cuadrado, y sirvo a mis semejantes».
A cada A. se le debería decir que ha entrado en un proceso de autopurificación con relación a sus propias características humanas personales. En los antiguos tiempos este proceso ocupaba siete años antes de que el próximo grado pudiera emprenderse. Se requería que el A. por propia iniciativa solicitara el privilegio de tomar la segunda iniciación. Esto indicaba que él había obtenido
el suficiente control de su personalidad para que en la Fraternidad Masónica se justificara «aumentar su salario» y ayudarlo dándole acrecentada oportunidad.
Esto indica la importancia del grado de C. en el progreso masónico, que es análogo al segundo grado en las Antiguas Escuelas Mistéricas, el cual es comprendido, en la enseñanza esotérica del presente, como la etapa del discipulado. Emprender el segundo grado en la Masonería es simbólicamente equivalente a la solicitud del aspirante para el entrenamiento de lo que es técnicamente denominado «discipulado aceptado». Existe muy poca oportunidad de fracasar en el desenvolvimiento de la vida espiritual después de este punto. Pero hay seria dificultad por parte del aún imperfecto vehículo, porque el espejismo produce largas demoras.
La necesidad es de completo auto-dominio y de expansión de conciencia antes del logro del grado de Maestro. Anteriormente en la Masonería se suponía que éste fuera un período de cinco altos de esfuerzo sostenido. En los tiempos modernos estos periodos de crecimiento son ignorados, y los diferentes grados son tomados como conviene sobre una base puramente exotérica. Llegar a ser Maestro Masón es un suceso profundamente espiritual y puede tener lugar verdaderamente cuando la naturaleza inferior, que nosotros llamamos personalidad está de hecho dominada por el hombre superior o Alma. Entonces lo que se denomina simbólicamente la muerte de la personalidad es bienvenida y el entero hombre puede ser elevado.
Esto es parte del significado interna del tercer grado de la Masonería y para su pasaje exitoso requiere de la ayuda del Venerable Maestro de la Logia, de los oficiales, y de los miembros presentes. Aún en su formulismo meramente exotérico, es dramático y puede llegar a ser momento culminante en la vida del candidato.
En la terminología bíblica tenemos el Tabernáculo en el Desierto, una estructura temporaria, construida para vivir en la etapa del A. El Templo del Rey Salomón es reconocido y construido dentro de la vida del grado de C. con su Atrio Exterior, su Lugar Sagrado y el Sancta Sanctorum donde brilla la gran luz del Shekinah.
El tercer Templo es el de Ezequiel, «no hecho con las manos, eterno en los cielos», este es el ultérrimo y verdadero templo de la vida de la humanidad como un todo, ahora pálidamente percibida y aún no construida.
En la presente raza comenzó la búsqueda de la Palabra. En la Masonería se habla de ella como «La Palabra Perdida», y sólo está disponible la Palabra sustitutiva. La meta Aria del desarrollo intelectual lleva inevitablemente el conocimiento del alma «donde es conocida la Palabra».
El tiempo ha llegado ahora para una mayor espiritualización del movimiento masónico. La Masonería hoy, excepto por unos pocos masones esoteristas, es enteramente exotérica. Solamente las formas exteriores preservan a través del ritual y del símbolo las enseñanzas de las Antiguas Escuelas Mistéricas, pero sin explicación. En realidad la Masonería enseña los requerimientos para el «Sendero de Probación» como se enseñaba en esas Antiguas Escuelas. Ella debe y puede proveer entrenamiento para el discipulado, que comienza con la primera iniciación para la humanidad espiritualizada.
Ella lo puede hacer, porque está en realidad en la búsqueda espiritual y es la preservadora de las verdades espirituales básicas de todos los tiempos. Es una manera de completar la vida triunfante. La Masonería está designada para producir la regeneración de la vida individual. Inculca el amor fraternal entre sus miembros, la honestidad y equidad, la igualdad esencial entre ellos y la caridad.
Las características del verdadero masón son humildad, pureza, fidelidad y perseverancia. Estas cualidades son elocuentes señales de la conciencia del alma. Se acepta la práctica de estas cualidades como un standard de conducta. Su influencia en cualquier comunidad es saludable y constructiva en proporción a como sea vivida por sus hermanos; sus beneficios están destinados a todos los hombres.
La Masonería está bregando por la aceptación de la existencia de un grupo de servidores del mundo. Se está adelantando así, debido a su frustración por la aparente vacuidad de los valores profundos de la vida, ahora anhelados acrecentadamente por los hombres inteligentes. Su presente condición da por resultado una escasa asistencia a la Logia y un alto porcentaje de renunciantes.
Esto es así aún a pesar de sus muchas finas cualidades. Hoy existen alrededor de cinco millones de masones en el mundo. Es incuestionablemente una buena influencia en la vida de sus miembros, pero en gran medida se advierte que no es suficiente.
La Masonería fue traída a los Estados Unidos desde Gran Bretaña en 1730, cuando se formó una Logia en Filadelfia. Llegó a Gran Bretaña desde Europa alrededor del año 1700 y la primera Gran Logia de Inglaterra fue organizada en 1717. Muchos masones, particularmente en Gran Bretaña consideran que no había verdadera Masonería anterior a esa fecha. Esto no es verdad. Lo que ocurría era que la Masonería «operativa» fue reemplazada por la Masonería «especulativa». Esto es indicio elocuente de la intelectualización de la búsqueda masónica.
Eventualmente, la Fraternidad será reconocida en todas partes como una búsqueda espiritual. Así como en las iglesias hay miles de personas que aman el estilo antiguo de los servicios y el lenguaje, también en la Masonería gran cantidad de personas aman los presentes rituales, simbología y lenguaje. Aún no sienten la necesidad del cambio; no encuentran de valor la idea de que la Masonería tiene un futuro espiritual y deben despertar a él y aprehenderlo. Sin embargo, el fermento del progreso de la nueva era nos está agitando.