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¿Quo Vadis, librepensadores Hijos de la Viuda?



















Resulta muy triste ver las últimas expresiones del Instituto Laico de Estudios Contemporáneos (Córdoba), ya que se ha encolumnado definitivamente detrás de la Ideología de Género, el Feminismo, y hasta la Educación con orientación de género, entre otras corrientes de pensamiento de la nueva izquierda y el llamado “progresismo”. 

Sus últimas publicaciones en medios electrónicos son “Laicismo, ciencia y género”, “Ciencia y Misoginia”, además de artículos negacionistas del peligro de la vacunación indiscriminada, artículos feministas y pro-feministas, una promoción del aborto apoyada en que “el cuerpo de la mujer no es propiedad del hombre” (como si alguien hoy afirmara eso), más un argumento plagado de fallas lógicas para justificar la epistemología de la llamada Violencia de Género.

Si seguimos viendo su página de facebook, nos encontramos con frases que haciendo alusión a la última movilización popular “?#?NiUnaMenos?”, llegan a expresar argumentos que por su poca seriedad, parecen más una humorada que una declaración moral de “lo que debe hacerse”. 
Veamos algunos ejemplos:
Para decir #NiUnaMenos hay que dejar de ver a Tinelli (sic).
Para decir #NiUnaMenos hay que legalizar el aborto.
Para decir #NiUnaMenos hay que respetar las identidades Trans.
Para decir #NiUnaMenos hay que dejar de llamarle “piropo” al acoso callejero.
Para decir #NiUnaMenos hay que dejar de levantar minitas en el boliche.

Termina siendo patético el nivel de anonadamiento y caída en la “zona de confort” en que se encuentra esta forma de pensamiento, promovida por un Instituto que en los últimos tiempos ha visto más peligro en la “terrible abominación” de que existan crucifijos en las Escuelas, que en el peligro real que significa una Educación deficiente y en franca desmejoría como la que tenemos en nuestro país.
En vez de promover lo realmente importante, se está vendiendo espejitos de colores y promoviendo lo efectista sobre lo efectivo, y lo superfluo sobre lo necesario.

Esta orientación de trabajo termina caracterizándose cada vez más por expresarse solo dentro de lo que se considera “politicamente correcto”, y corre para el lado que corren todos, en vez de investigar y revelar la verdad de lo que realmente significa la Ideología de Género como instrumento de dominación y destrucción de la familia nuclear, promovida desde las más altas esferas del Poder mundial.

Resulta cuando menos llamativo, que una Organización ecuménica por demás respetable como la que está detrás del Instituto Laico de Estudios Contemporáneos, en vez de promover el librepensamiento y la búsqueda de que cada miembro encuentre por sí mismo la verdad, promueva este tipo de pensamiento borreguil en el que todos terminan pensando igual, aceptando lo que se les inculca como verdades reveladas, a las que ni siquiera por asomo se les ocurre pensar en poner en duda, destruyendo así toda posibilidad de análisis científico de los postulados. 
Nunca debemos olvidar que cualquier fenómeno que carece de la posibilidad de ser refutado – aunque esa refutación sea luego perdidosa – es un fenómeno que no puede ser comprobado por el método científico.

Sin embargo esta fuerte ola social de Ideología de Género que vivimos actualmente, se caracteriza justamente por la imposición de conceptos, bajo pena de que todo aquel que no acepte sus ideas, sea considerado un cavernícola recalcitrante y peligroso. Un elemento sedicioso que atenta contra el nuevo Orden Mundial digitado desde las más altas esferas del poder, y que debe ser silenciado.
Basta leer el último discurso de David Rockefeller ante la ONU, para comprender las verdaderas dimensiones y los objetivos de este nuevo Orden Mundial, al que millones de personas de todo el mundo están siendo funcionales, sin siquiera intentar reflexionar un minuto en lo que verdaderamente están haciendo.

Al decir de Agustin Laje, cuando uno no puede dar una visión alternativa respecto de determinado asunto sin por ello ser condenado al ostracismo, es porque se ha bloqueado socialmente cualquier posibilidad de diálogo.
La Organización de librepensadores por antonomasia, no puede permitirse ser cómplice de esto, y los masones todos, como librepensadores, debemos despertar del letargo de dejarnos conducir como mansos corderitos, y tomar las riendas de nuestro destino. 
Nosotros debemos encargarnos de hacer triunfar la luz sobre las tinieblas, y aunque las tinieblas no comprendan esa luz, si uno solo de esos prisioneros del sistema logra ser despertado por nosotros, nuestra lucha habrá tenido sentido, y nuestra vida habrá merecido la pena ser vivida.
Por nosotros, por nuestros hijos, y por los que sigan viviendo en esta sociedad, es nuestro deber.

¿Quo Vadis, librepensadores Hijos de la Viuda? (*)


“Cuando todos piensan igual, es que ninguno está pensando” – Walter Lippman.









Foto de Gran Logia Simbólica Argentina.






(*) "Quo Vadis" es una locución latina que significa: Adonde Vas?.



















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