Se trata de un tesoro que estuvo guardado en el Templo de Jerusalém hasta el año 70. Se cuenta que la Mesa de Salomón consistía en una tabla en la que el rey inscribió el nombre de Dios con el que se tendría la forma de alcanzar el pleno conocimiento y, con él, el pleno poder.
La Mesa fue conocida como el “Espejo de Salomón”. Se cree que estaba hecha de madera y oro con muchas esmeraldas engastadas. Además se decía que tenía 365 patas. No se sabe bien si era una auténtica mesa ya que podría ser solamente una tabla, que por traducción pasó a ser considerada mesa.
Salomón al parecer inscribió en ella el nombre de Dios, es decir, el “Nombre del Poder” o Shem Shemaforash. Este nombre es un tabú que no se debe pronunciar ya que permite al que lo pronuncia poseer el poder de la creación.
Es el nombre que utilizó Dios para crear el Universo. Como no podía ser pronunciado, ni tampoco ser escrito, el nombre de Dios no estaba grabado directamente en la mesa sino que estaba oculto a modo de algún tipo de acertijo o jeroglífico que permitía descifrar el “Nombre del Poder” pero sin escribirlo.
Historia de la Mesa:
Jedidías reinó con el nombre de Salomón entre 978 y 931 a. c. siendo el tercer rey de Israel sucesor de Saúl y David. Mandó construir el Templo de Jerusalén. Allí guardó la Mesa. La tradición hebrea cuenta numerosas leyendas sobre Salomón, acerca de sus conocimientos y de la predilección que tenía Dios por él.
Todo esto le hizo ser considerado uno de los “padres” del conocimiento cabalístico.
A su muerte su reino se dividió en dos, Israel y Judá. Tras su reinado, Israel fue invadido por los Babilonios y el Templo donde se guardaban los tesoros sagrados, incluida la Mesa, fue saqueado. Sin embargo, parece que la Mesa se salvó y no cayó en manos de Nabuconodosor II.
Los sacerdotes del Templo la guardaron hasta que éste fue destruido por los romanos en el año 70. De Jerusalén fue trasladada a Roma con el resto del saqueo y depositada en el Templo de Júpiter.
Cuando Roma fue saqueada por los visigodos, parece ser que se llevaron la Mesa a Toulouse (Languedoc), y de allí finalmente a Toledo (Castilla). La verdad es que no se sabe con certeza su paradero ya que a partir de aquí se perdió toda pista.
Teorías acerca del paradero de la Mesa:
La Mesa fue llevada a Medinaceli. Tras la invasión Árabe de la Península Ibérica, la Mesa salió de Toledo hasta Medinaceli. Estas teorías se basan en la etimología del nombre de la ciudad, que podría significar en árabe “Ciudad de Salomón”.
La Mesa fue llevada a Jaén (Andalucía). Hay quien dice que está en la Catedral de Jaén. Tariq la encontró en Cumplútum (Alcalá de Henares) y la guardó como tesoro personal.
Fue escondida en Zulema (Castilla) para que no cayese en manos de los árabes. La etimología de Zulema también puede proceder de Salomón.