Por Mariano Pistone
Lo afirmó el gran maestre de la institución, Ángel Jorge Clavero. Dice que transitan por un proceso de apertura a la sociedad y que, gracias a ello, cada día cuentan con más miembros.
La masonería declara ser una institución filosófica, filantrópica y progresista, con la libertad, la igualdad y la fraternidad como valores principales. En el imaginario popular está fija la idea de que se trata de una institución secreta, pero ellos dicen que no es así, aunque reconocen que sí es discreta.
Quizá para rebatir aquella idea y para adentrarse a los tiempos que corren, tal vez obligadamente, hoy afirman que transitan un presente de apertura a la sociedad y que no tienen nada que esconder y sí mucho por mostrar.
Para que no queden dudas de este importante paso, Ángel Jorge Clavero, el gran maestre de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados, es decir el número uno de la institución, afirma que cualquier ciudadano puede ser masón cumpliendo pocos requisitos y que actualmente echan mano a todos los canales disponibles –prensa e internet, principalmente– para hacer conocer sus ideas, principios y fines. “Gracias a ello se está acercando la ciudadanía”, confiesa el máximo referente de la masonería.
Para Clavero, hasta hace algunos años la institución había empezado a mirarse demasiado hacia adentro y por ello dejaron de “salir a la sociedad”.
Ahora, afirmó, “hemos empezado a trabajar fuertemente en la comunidad y eso ha dado sus frutos, por ejemplo, en la mayor cantidad de miembros, sobre todo de jóvenes. “En estos últimos dos o tres años ha empezado a reverdecer la actividad masónica en Cuyo y en todo el país”, agregó entusiasmado el gran maestre.
Justamente para desmitificar que son una sociedad cerrada sostuvo que para formar parte de algunas de las 160 logias –o talleres de ideas, como prefieren nombrarlas– que hay a nivel nacional basta principalmente con ser “un buen ciudadano”.
En realidad se deben cumplir algunos requisitos que el gran maestre se encargó de detallar: “De acuerdo con nuestra reglamentación, para integrar sus filas la masonería sólo pide que la persona sea mayor de edad y que sea libre y de buenas costumbres.
Un hombre libre es aquel que no está atado a dogmas, que no está presionado por prejuicios, por bajas pasiones; se trata de un ser que sabe pensar por sí mismo; es aquel hombre que tiene mayor apego al desarrollo de sus ideas y que las elabora solo. Dentro de las logias seguimos trabajando esos valores y entre todos nos ayudamos a pensar uno con el otro.
También le pedimos que tenga buenas costumbres, es decir, que sea una persona que posea su familia, su trabajo y que se pueda mantener por sí misma. Con esos requisitos el ciudadano puede ser masón”.
Nada que esconder
Para Clavero, la masonería no tiene ningún secreto que guardar: “Si bien se trata de una institución discreta, es decir que si usted no se asocia no puede conocer qué hacemos puertas adentro, no tiene nada que esconder y sí mucho que mostrar a la sociedad”.
De hecho, actualmente muchas de estas organizaciones utilizan internet y “el aporte de la prensa” para ser más conocidas e informar sobre sus actividades.
“Gracias a eso la ciudadanía se está dando cuenta de la ayuda que puede ser la masonería para la sociedad”.