Un orador dijo:
<<Maestro, Háblanos de la Libertad.>>
Y él respondió:
<< A las puertas de la ciudad y junto al fuego de vuestro hogar os he visto postrados adorando vuestra propia libertad. Como los esclavos se humillan ante el tirano y le alaban aunque los asesine. ¡Ay, en el bosque del templo y en la sombra de la ciudadela he visto a los más libres usar su libertad cual yugo y esposas! Y mi corazón sangró; porque tan sólo podréis ser libres cuando hasta el mismo deseo de buscar la libertad se convierta en un arnés, y dejéis de considerar a la libertad como un fin y el logro máximo de una aspiración.>>
* * *
<< Seréis libres cuando vuestros días no transcurran sin alguna preocupación ni vuestras noches sin algún deseo y algún pesar. Pero más bien cuando estas cosas se ciñan a vuestra vida y, a pesar de ello, os elevéis por encima de ellas desnudos y libres.>>
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<< Y ¿cómo os alzaréis por sobre vuestros días y vuestras noches, a menos que rompáis las cadenas que en el despertar de vuestra comprensión habéis atado en torno a vuestra hora meridiana? En realidad, eso que vosotros llamáis libertad es la más poderosa de esas cadenas, aunque sus eslabones resplandezcan al sol y deslumbren vuestros ojos.>>
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<< Y ¿qué‚ es la libertad sino pedazos de vuestro propio ser que podríais desechar para llegar a ser libres? Si es una ley injusta la que queréis abolir, esa ley fue escrita por vuestras propias manos sobre vuestras frentes. No podréis derogarla quemando vuestras legislaciones ni lavando la frente de vuestros jueces, aun volcando el mar sobre ellos Y si se trata de un tirano al que, deseáis destronar, mirad primero que el trono que le habéis erigido dentro de vosotros quede destruido. Porque ¿cómo puede un tirano gobernar al libre y al orgulloso, si no es con el despotismo que existe en su propia libertad y la vergüenza en su propio orgullo? Y si es una preocupación la que deseáis desterrar de vosotros, esa preocupación ha sido elegida por vosotros, pero sin que os haya sido impuesta. Y si es un temor el que deseáis disipar, la raíz de ese temor se encuentra en vuestro corazón y no en manos del que teméis.>>
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<< Realmente todas las cosas se agitan dentro de vuestro ser en un semiabrazo constante, lo ansiado y lo temido, lo asqueroso y lo que se estima, lo perseguido y aquello que deseáis evitar. Todas estas cosas se mueven en vosotros como luces y sombras, como parejas en amorosa unión. Y cuando la sombra desaparece y deja de existir, la luz a que estaba unida se transforma en sombra para otra luz. Y asimismo vuestra libertad cuando pierde sus cadenas se convierte automáticamente en cadena de una libertad mayor.>>
Khalil Gibran (1883-1931)