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LA LIBERTAD



La libertad es la facultad o capacidad del ser humano de actuar o no actuar,
siguiendo su criterio y voluntad. Libertad es también, el estado o la condición
en que se encuentra una persona que no se encuentra prisionera, coaccionada o
sometida a otra.

A pesar de que se trata de una de las características y derechos fundamentales
del ser humano, la libertad en muchos caso
Al contrario de lo que ocurre con el animal, la respuesta del ser humano no está
prefijada, queda indeterminada, por lo tanto, el ser humano tiene que poner en
juego su inteligencia, como medio para responder a las exigencias de la
realidad. Lo indeterminado de las respuestas del ser humano, implica que este
tiene que asumir por sí, la concreción de estas, al preferir una a otras,
apareciendo así una nueva dimensión de la libertad.

El poder dirigir nuestra atención hacia objetivos determinados por nuestra
voluntad para contemplarlos y analizarlos, es la primera y fundamental
manifestación de la libertad, que nadie podrá nunca impedirnos realizar. Porque
la libertad no es solo la posibilidad de actuar físicamente como queremos frente
al medio, dentro de nuestras limitaciones orgánicas.

La libertad fundamental de la cual derivan todas las otras libertades es nuestra
capacidad de dirigir nuestra conciencia hacia las materias sobre las cuales
podemos meditar, es esta libertad interior, es esta capacidad de conciencia, lo
que nos permite razonar e intentar actuar positivamente con libertad física,
cuando nuestro razonamiento nos haya llevado a la decisión de hacerlo.

Si nos detenemos para analizar más profundamente el fenómeno de la libertad,
nos damos cuenta que el ejercicio que hacemos de ella, significa que estamos
analizando alternativas, alternativas de solución al problema encontrado, o
alternativas de acción ante un hecho determinado que nos afecta, o que
quisiéramos que nos afecte positivamente, es decir que la libertad
necesariamente significa prever alternativas, adelantarse al futuro.

La libertad humana no elimina la causalidad, es decir la relación causa-efecto
en los fenómenos de la naturaleza, ya que todo cambio en ella tiene sus causas,
aunque no siempre logremos conocerlas adecuadamente.
Todos los demás seres que no tienen libertad, es decir que no tienen conciencia
reflexiva, actúan de acuerdo con los impulsos de su instinto, impulsos que son
causados y determinados, por el funcionamiento de sus órganos y
fundamentalmente, por los efectos del medio en las particulares relaciones
internas de su organismo.

Por el contrario, lo que sucede con la libertad del hombre, es que con su actuar
consciente y libre, él mismo, es decir su conciencia, introduce una nueva causa
generada libremente por sus propias decisiones, por lo que vemos que son
distintas a las relaciones causa-efecto que gobiernan al resto de la naturaleza.
Lo maravilloso en el hombre, es que su propia y libre voluntad sea también
causa de cambios en la naturaleza, que modifiquen su tendencia a reaccionar
instintivamente, impulsadas por esas leyes o relaciones que rigen a los demás
seres. La libertad por lo tanto permite que el hombre pueda ser en alguna
medida el forjador de su propio futuro.

Por lo que dijimos anteriormente, se puede deducir que esta libertad, es una
libertad exterior, que consiste en un obrar que carece de coacción externa. En
este sentido, se puede denominar libre a una acción cuando puede llevarse a
cabo sin obstáculos o impedimentos externos. O sea que obramos sin que nadie
nos ponga ningún tipo de trabas para hacer lo que queremos hacer.

Es así como hoy en día se habla del reconocimiento de las libertades,
incluyendo en ellas, una libertad física, que es la capacidad de actuar sin límites
materiales, sin vallas que impidan el movimiento o desplazamiento del hombre,
una libertad civil, que es la capacidad de fundar una familia, elegir un trabajo,
elegir la residencia etc. La libertad política o cívica, que consiste entre otras
cosas, en participar en la elección de las autoridades que regirán los destinos
del país, una libertad religiosa, que es la capacidad de elegir la religión a seguir,
así como no seguir ninguna, una libertad de pensamiento, que consiste en sacar
a luz nuestro pensamiento ya sea a través de la expresión, la prensa o la
enseñanza.

Cuando hablamos de libertad de elección, nos referimos a un tipo de libertad
esencial en el individuo. Se podría decir que consiste en la ausencia de
determinación interna previa a una acción, o también en el reconocimiento de
nuestro poder para decidir en una situación dada entre las diferentes
posibilidades que se nos presenten, eligiendo la cual deseamos poner en
práctica. Este acto sería libre pues no está predeterminado, sino que, por el
contrario, es la voluntad del individuo quien se determina a sí misma al ejecutar
el acto, o también a no ejecutarlo.

En el ámbito de la filosofía, cuando se trata el problema de la libertad se hace
referencia a la libertad de elección, porque es la fundamental entre todas las
demás. Por otra parte, otros ámbitos y en la vida cotidiana, cuando se habla de
libertad, se lo hace refiriéndose a la libertad de ejercicio.
Se dice que una persona es responsable cuando está obligada a responder por
sus propios actos, La libertad, en cierta forma, es definida por la
responsabilidad, así también, el fundamento de la responsabilidad está en la
libertad de la voluntad humana. En efecto, en un mundo cuyos fenómenos
estuvieran todos enteramente determinados, la responsabilidad no tendría
sentido.

El sentimiento de responsabilidad es un sentimiento personal que compromete
a cada persona y le hace comprender, que no puede simplemente abandonarse
a sus conveniencias individuales. La presencia de dicho sentimiento supone una
sociedad bastante organizada donde existen la ley y la sanción.
Mediante la ley se establece lo que llamamos derechos y deberes, los derechos
nos marcan hasta donde podemos usar con tranquilidad, con paz y con
autenticidad, nuestra libertad. Los deberes nos marcan las obligaciones que
tenemos que cumplir, para que nuestra conducta no viole las libertades de los
demás.

Si todos los hombres fuesen buenos. si todos fuesen morales, si todos fuesen
correctos, si todos fuesen consientes del uso de la libertad en relación con los
demás. En fín, si todos fuesen responsables, no habría necesidad de que las
sociedades estableciesen de un modo forzoso, los derechos y deberes que
constituyen todo ordenamiento jurídico. Pero como no sucede así, no ha habido
otra solución que imponer esos límites en el uso de nuestra libertad, para evitar
la prepotencia de todos aquellos inclinados al desborde de la libertad, a atentar
contra los derechos del prójimo.

En el uso de mi libertad yo realizo un acto determinado, y todo acto produce
inevitablemente una consecuencia. En conclusión, si uso mi libertad tengo que
ser responsable de las consecuencias que produzca mi acto. Pero muchas veces,
no todos estamos dispuestos a asumir esa responsabilidad por las consecuencias
del uso de nuestra libertad, por eso, es necesario que exista un ordenamiento
jurídico que organice el uso de las libertades.

La libertad efectiva solo existe plenamente cuando hay un equilibrio dinámico
entre lo que podemos llamar poder y la responsabilidad, es decir entre el
derecho y el deber. Así mismo ese equilibrio, debe estar regulado por la
conciencia moral de los hombres que viven en una sociedad. Conseguir ese
equilibrio, es llegar a ser verdaderamente hombres dignos de convivir
socialmente entre los demás.

V:.M:. QQ:.HH:. El hombre es persona y como persona se perfecciona
moralmente si su elección se realiza como tal. En este mundo donde nuestro
actuar está condicionado y limitado natural y artificialmente, hablar de una
libertad total sería una utopía. La sociedad, la cultura, la educación, las leyes y
algunos factores internos como el miedo limitan y a veces nulifican nuestra
libertad. Pero en otro sentido, estos condicionamientos ayudan a lograr una
libertad igual para todos, sin ventajas para nadie.

La libertad responsable debería ser el motor de nuestro obrar, colaborando así,
con la edificación de la libertad de los demás y dirigiéndonos siempre y en
todos los casos, a la elección del bien, único fundamento de nuestra existencia.

Por último, una frase de Jaime Barilko " La libertad, como el agua, es peligrosa
cuando se desborda"

Saul Mazurski

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