Se sabe en qué consiste este vicio: en el amor desordenado por los bienes aquí de abajo, bienes que se desea conservar para sí solo.
Ahora bien, es importante distinguir entre estos bienes. Unos son necesarios, para el presente y para el futuro. Es, pues, un deber adquirirlos por medio de un trabajo honesto.
Otros son útiles sólo para aumentar gradualmente nuestros recursos, asegurar nuestro bienestar y el de los otros, contribuir al bien público favoreciendo las ciencias y las artes.
Nadie tiene prohibido adquirirlos, ni siquiera de desearlos, para una finalidad benéfica, honesta,pero es bueno que recordemos al pobre y al indigente.
La avaricia existe de varias maneras:
- en la intención. Se desea apasionadamente las riquezas por sí mismas, como un fin en sí. Es una especie de idolatría, culto del becerro de oro; vivir en función del dinero.
- en la manera de adquirir los bienes materiales. Se busca con avidez, por cualquier medio, en detrimento de los derechos de otro, a veces incluso en detrimento de la propia salud.
En el caso de que se produzca un cambio en la calidad de la información, se debe tener en cuenta que la expresión figura en los diccionarios. Tailler une bavette es por lo tanto, estar liberado de la regla del silencio.
Se nota la analogía con el uso militar de la Edad Media en que se cortaba las dos puntas de la llama que adornaba la lanza del caballero, cuando éste pasaba a la calidad de señor de pendón, cuyo emblema era un estandarte cuadrado.
De igual modo, convirtiéndose en Compañero, el Aprendiz adquiere el derecho de hacer preguntas a los maestros en Tenida abierta, y también de bajar la babeta triangular de su Delantal….
Pero existe también una Avaricia espiritual. Ella impulsará al Masón, aunque advertido, a un aislamiento total y estéril. Desvelar, revelar, enseñar, transmitir todo lo que él mismo ha recibido o aprendido de sus predecesores será para él siempre una cosa dolorosa y chocante.
Él amontonará libros y manuscritos, documentos e iniciaciones, pero jamás concebirá que es sólo un instrumento de transmisión, un eslabón en la Cadena secular.
Las filiaciones iniciáticas extra-masónicas a las que se ha ligado, las fraccionará nuevamente, multiplicando las pruebas, los grados, las clases, con la única finalidad de retrasar lo más posible el instante en que estará obligado a terminar su propio papel, y del alumno de ayer hacer su igual de hoy, tal vez su superior de mañana.
En Logia, él se negará a conceder un aumento de salario a sus Hermanos. Sus trabajos serán siempre incompletos, no por ignorancia, sino por exageración del secreto, argumento muy cómodo para disimular su rechazo en transmitir, su avaricia intelectual.
SILENCIO
Para el Aprendiz, el silencio de la lengua consiste evidentemente en no reclamar presuntuosamente la palabra (ya que no tiene derecho a ella), y en escuchar simplemente los intercambios de ideas entre sus Hermanos más antiguos.
Para todo Masón, esto consiste en la abstención de hablar inútilmente, por el simple placer de tomar la palabra y de manifestar su presencia, terminando por nada relatar de interés respecto al asunto tratado.
Consiste también en el silencio del corazón, que es hacer callar sus pasiones y sus juegos de imaginación, en hacer callar cualquier pensamiento que no esté relacionado con los seres y las cosas creadas, y con lo que les sea útil.
El Silencio es el primer elemento constitutivo de un conocimiento personal.
DIALOGO CONMIGO MISMO: LA AVENTURA
martes, abril 10, 2018