El Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, Juan José Oyarzún, sostuvo que en los tiempos que corren la Masonería ya no produce temores políticos como tampoco religiosos, gracias a la apertura inducida en la actualidad. La afirmación la hizo al intervenir en la ceremonia de Consagración del nuevo Templo de la R:. L:. “Acción Fraternal” Nº 42 del Valle de Ovalle.
La consagración del Templo la R:. L:. “Acción Fraternal” Nº 42 del Valle de Ovalle, -cuyo Venerable Maestro es el Q:. H:. Mario Bonilla Ramírez-, coincidió con el nonagésimo segundo aniversario del Taller, correspondiendo a la Jurisdicción de La Serena.
La afirmación la hizo al intervenir en la ceremonia de Consagración del nuevo Templo de la R:. L:. “Acción Fraternal” Nº 42 del Valle de Ovalle, la que tuvo lugar el sábado 16 del presente mes de mayo en la ciudad capital del Limarí, a 412 kilómetros al norte de Santiago.
La Comisión Consagradora estuvo presidida por la máxima autoridad de la Masonería chilena e integrada por el 1º Vigilante y Gran Delegado del Gran Maestro para la Jurisdicción de La Serena, Rolando Cantarutti Jageiaux, y el 2º Vigilante y Pro Gran Secretario General, Osvaldo Maldonado Bustamante.
La consagración del Templo la R:. L:. “Acción Fraternal” Nº 42, -cuyo Venerable Maestro es el Q:. H:. Mario Bonilla Ramírez-, coincidió con el nonagésimo segundo aniversario del Taller, correspondiendo a la Jurisdicción de La Serena.
ORDENES CONSTRUCTORAS
El Gran Maestro de la Gran Logia dijo en la oportunidad que “una característica esencial de la Masonería, demás de ser iniciática, y quizá la que la define más certeramente, es la de ser heredera de las órdenes constructoras medioevales. En la antigüedad los secretos de oficio artesanal siempre se conservaron y desarrollaron alrededor de un mito relacionado con la construcción”.
Agregó que “en esos tiempos el aprendizaje de cualquier oficio implicaba a su vez una iniciación, y así, fuera de aprender las técnicas artesanales específicas, el fundamento teórico se hacía en lenguaje y simbolismo mítico, logrando así que el ejercicio de cualquier oficio artesanal fuera una mística”.
Juan José Oyarzún precisó que “esto es lo que es la Masonería: un Mito Constructivo, que enseña la transformación del alma a través de una Simbología espiritual del Arte de Construir Templos, tanto así que al Ser Supremo lo llama el Gran Arquitecto del Universo, y los grados básicos de su estructura iniciática son los tradicionales de cualquier obra de construcción: aprendiz, compañero y maestro”.
MÍSTICOS DEL NÚMERO
Más adelante, el Gran Maestro resaltó que “los masones son místicos del número, como los pitagóricos, y eso nos inclina a columbrar que la masonería podría ser una Religión Iniciática de la Naturaleza, cuyos fundamentos, como la Cábala, el Hermetismo y el Neoplatonismo, la hicieron encarnar la historia esotérica de la sociedad cristiana, desde el Renacimiento hasta la Revolución Industrial”.
Puso énfasis en que los masones no postulan, entre otras opciones, a considerar sus posibles raíces históricas con los Templarios, pese a existir variantes míticas que unen a ambas instituciones.
Finalmente, señaló que “en los tiempos que corren, la Masonería ya no produce temores políticos como tampoco religiosos, gracias a la apertura inducida en la actualidad. Tiene pleno derecho entonces a cumplir su labor y enseñar públicamente sus perspectivas espirituales y simbólicas sobre los temas que atañen a la Naturaleza, el Hombre y la Sociedad”.