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La masonería



Por: Carlos Bustamante
cm-bustamante@hotmail.com

Aunque no es costumbre de este amigo del Caribe escribir sobre asuntos ligados a la religión, por considerar que en un país pluralista como es el nuestro cada persona es libre de escoger su adherencia a diferentes concepciones de orden filosófico, e incluso de orden interpretativo a la génesis del mundo, que varía de conformidad a las diferentes tesis, corrientes, tendencias, esgrimidas a través del decurso de la humanidad, como son en efecto la islámica, cristianismo, judaísmo, y ahora más reciente la masonería que adquiere tendencias cada vez mas crecientes en los tiempos modernos, o como decimos en nuestro lenguaje tropical está de moda.

La masonería define a Dios como el "gran arquitecto del universo", el cual es un aserto bastante certero si se quiere porque hace alusión en el contexto de su contenido a la creación del mundo en la dimensidad y características que le son inherentes, es muy posible que estas puntualizaciones conceptuales tengan que ver con los orígenes mismas de este sector religioso que los sitúa justamente a labradores o pulidores de piedra de las grandes obras de las catedrales de Europa que cuando empezaron a decaer pasaron a ser fraternidades para contactos de negocios al mismo tiempo que servían para discutir las nuevas ideas que se daban en el antiguo continente, dando un salto abismal de albañiles a intelectuales.

En el concepto religioso a que nos referimos se habla mucho de "los secretos de la masonería", en la cual existe una extensa jerarquía compuesta por treinta y tres grados diferente en la cual durante el ascenso en la escala al llegar treintavo grado llamado "Kadosh", se debe pisar la tiara papal y la corona, en la cual se jura liberar a la humanidad de las ataduras del despotismo en una clara referencia a la iglesia católica.

Existen otros grados de esta extensa jerarquía de la masonería como son en efecto el 1º, 2º, 18, 29, que prefiero no citar no por guardar secretos sino por respeto a las diferentes concepciones de orden religioso, en la que como lo señalamos al inicio del presente artículo periodístico nuestra diversidad permite escoger y practicar el tipo religioso de nuestras preferencias.

La historia de estas fraternidades los liga al poderío de la política y de los negocios desde sus propios inicios en 1717 en Londres con la formación de la gran logia masónica, que siguió luego a Francia en 1817 y posteriormente en Portugal en 1910, en que fueron establecidas Leyes para restringir las actividades de la iglesia católica, en América particularmente la influencia masónica ha cobrado gran escala desde los propios inicios de la colonia tanto del sector adherido a la corona española que nos invadieron como Pablo Morillo por ejemplo, hasta líderes independentistas como Simón Bolívar, practicantes confesos de estas logias.

Uno de los fundamentos de esta sector religioso está centrada en el Humanismo Secular, filosofía moderna que debe entenderse como el punto equidistante en que la naturaleza está guiada por la razón que lleva a escenarios deseables de libertad, igualdad y fraternidad, tiene a su haber los ideales filosofales masónicos de haber sido precursora de la Revolución Francesa y haber ejercido influencia posteriormente en las tesis comunistas.

En Colombia existen ocho grandes logias distribuidas en las ciudades de Barranquilla, Santa Marta, Cartagena, Bogotá, Cúcuta, Cali, Montería, Bucaramanga, las cuales abarcan 103 logias, los números señalan que sus miembros en nuestro país no supera el numero de cincuenta mil, lo cual en una nación como la nuestra de cuarenta millones de habitantes evidencia claramente un porcentaje mínimo de la población pertenece a esta agrupación religiosa, por lo cual adquiere entonces señalizaciones como elitista por ser un grupo muy pequeño, incluso en el promedio de vida de sus miembros esta tasado en cincuenta años, que en sus análisis de carácter particular atribuyen a las vivencias intensas prodigadas en el decurso de su existencia, muy por debajo del promedio general de vida para los ciudadanos no adscritos a la mencionada liga religiosa, cuyo estimativo proporcionado por el Dane sitúa la existencia humana en Colombia en setenta y cinco años, en el mejor de los casos.

También los practicantes de estas logias tienen muy presente las simbologías que los ligan a la geometría, en la que aparecen triángulos, isósceles, como formas interpretativas de asuntos humanos que suelen atar a divinidades; otro de sus componentes es el secreto que juran guardar incluso entre sus propios miembros.

En realidad las referencias anteriores son apenas muestreos de las complejidades de orden filosofal interpretativas de la realidad circundante de esta antigua inclinación religiosa, que merecen respeto al igual que todas las demás cultos que se practican en nuestro país.

Para finalizar quiero aclarar que la construcción de este articulo no tiene fines propagandísticos sino que obedece a charlas informales sostenidas con uno de sus miembros que ostenta el máximo grado o sea el treinta y tres, en la cual es obvio inferir que no existe secreto alguno al plasmar algunos de los asuntos que son propios.

El mundo y la vida siguen su curso….

Fuente: Diario EL INFORMADOR-Colombia

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