¿Qué es para nosotros la "Iniciación"?.
Ciertamente, para el Masón Místico es mucho más que una Ceremonia o Celebración de Admisión.
Es una Experiencia "traumática" o "diferente", que espiritualmente hay quienes desean asimilar a una verdadera "Experiencia Mística". Pero no habrá de verse como una Revelación.
La Iniciación es una Experiencia de Liberación o de Autoliberación, que detonará un movimiento continuo que incitará a marchar hacia la Luz (Bauer y Samacoitz).
Se habla de la Iniciación como un Tránsito o Entrada en un Proceso de Autoelevación Espiritual.
Pero la Iniciación es también una Regeneración.
En la Iniciación no se encuentra el Secreto de la Masonería, sino tan sólo el Principio para comenzar a buscarlo.
Cuando de la Muerte Santa de la Noche pasamos al Renacer Glorioso del Nuevo Día, también nuevas posibilidades de ser mejores y diferentes se nos despierta. Entre oscuridades y alboradas acumulamos y aprendemos de las jornadas vividas, y tras el descanso nocturno nos levantamos con nuevas posibilidades para usarlas con mejor provecho. Quien comprende que su Vida está comprometida con un Movimiento Evolutivo descubre que le es menester asentar el cúmulo de Experiencias para decantarlas y retransformarlas en nuevos influjos. En este proceso cotidiano y sujetos ordinariamente a las Leyes de Causa y de Efecto, en determinado momento no podemos manejar la acumulación de acontecimientos y se crea tal situación de Tensión o Vacío con la Existencia que en ocasiones se nos detona una Crisis, de la cual no podremos salir sino a través de un profundo Sufrimiento, semejante a una Muerte en Vida, pero que es el paso necesario para replantear nuestra situación y abrir Caminos Alternativos que nos introduzcan a soluciones de Ser positivas. Estamos destinados a ser felices, pero vivimos sumergidos en el tembladeral de la cotidianeidad, de fuerzas externas que no nos dejan ser nosotros mismos y nos sumergen en sensaciones permanentes de angustia y ansiedad. Dentro de un Mundo donde no acostumbramos ser los Soberanos de nosotros mismos, en determinado momento será necesario dar un "Golpe de Estado Interior" para retomar nuestras propias riendas y ser los Gobernadores o Arquitectos de nuestro Destino, lo cual supone concientizarse con mucha valentía en la necesidad de entrar en un Proceso Auténtico de Transformación interna. Ser dueños de nuestra Realidad implicará sufrimientos, rehuir a nuestras pequeñas comodidades personales, repudiar a la consideración ajena, someterse a pruebas inquietantes. Pero sin riesgos y renuncias nadie podrá emprender un Camino de Elevación Espiritual, necesario también para una vida más digna y armoniosa con lo que nos rodea.
Es nuestra Existencia estamos en forma constante llamados u obligados a cambiar para evolucionar o mejorar. Lo contrario es caer en un enredo de errores de vicios, o esclavizarse a falsos señores e ídolos de la concupiscencia, todo destinado a la Destrucción. Después de todo, toda Evolución Humana no es más que un Capítulo dentro de una constante Ley de la Naturaleza. Quien quiere transformarse y cambiar en serio emprenderá un Reproceso radical e invariable en tres aspectos: el Espiritual, el de la Personalidad y el de la Relación con el Mundo. Como San Agustín, tarde o temprano debemos dejar de decir "Mañana, mañana", y en cierto aspecto esta Reprogramación deberá ser tan profunda que implicará un desandar y recomenzar, redefinir estructuras y concepciones. Como si tuviéramos que ser diferentes personas, o "matar al anterior para que nazca otro", lo que implica superar otra forma de ser anterior que no nos beneficiaba. ¿Y por qué esta necesidad de Transformarse de modo absoluto? Ciertamente por un propósito más pragmático de lo que se cree. Porque nadie es feliz arrastrando una Vida tras lo Material y donde uno no pone las Reglas de Juego en esta subsistencia, siempre tras una Felicidad que nunca llega, necesitándose entonces un Camino diferente o más directo. En segundo término porque asumiendo un compromiso con Valores y Destinos Trascendentales podemos comprender y enfrentar con mejores fuerzas los avatares de la Lucha por la Vida, sin secretos ni problemas. Como dijera Jesús, un compromiso con un Camino Superior nos dará por añadidura todo lo terrenal que necesitamos (Mt. 6:25-34; Lc. 12:22-31). Generar una Vida mejor, más saludable, elevada y espiritual nos permitirá otear desde arriba y entender para manejar mejor las Leyes de lo Cotidiano, posibilitándonos mejores logros. Con las miradas en las Alturas para divisar con mayor amplitud el campo reconoceremos de forma más eficiente el terreno a avanzar, captando todas sus dificultades. Cambiar es también una experiencia nueva, necesaria si se quiere mejorar, que implicaría reconvertir y hasta aniquilar pautas y propiedades para sensibilizarnos al llamado de las Alturas trascendentales y a un mejor Destino. En esta Necesidad impostergable, una extraña Ley de Afinidades nos aproxima a la Masonería, que es un Camino de Conversión y Transformación más como puede haber otros, pero donde la nota clave es marcada por el hecho que propio Individuo decidirá ser su propio Maestro. La distancia entre la inevitabilidad de cambiar radicalmente y la Masonería la pondrá el propio Hombre, medida de todas sus cosas; puede estarse tan cerca como quien se encuentra en el Umbral de una Puerta, o tan lejos como con respecto a las Estrellas. Pero no se puede asumir la Masonería sin una Mentalidad deseosa de superar la cotidianeidad. Sin embargo, falta algo más.
Los MM.: creemos que no se puede realmente emprender una tarea de Superación sin pasar por un Esfuerzo o Proceso de Experiencia (Emocional-catártica-psicológico-moral-espiritual) compuesta de una serie de Etapas o Pruebas que conocemos como la "iniciación". Muchos conocen la Ceremonia de la Iniciación pero no han captado ni vivido realmente el tránsito o Experiencia Iniciática. Memora R. Swynburne Clymer que la Iniciación Verdadera es un Proceso Interno; la Celebración exterior por sí no tiene vida y sólo simboliza, ilustra.
En sentido Espiritual la Iniciación cataliza la personalidad sacándola de la simple contemplación, curiosidad y asombro, en un proceso activo que le exige la total disposición de las cualidades personales (el llamado "Despojo de los MMet.:") y de sus sentidos, concentrando todas las Energías para el Descubrimiento y la Totalización con lo que llamamos "la Luz". En esta entrada una Realidad Parte, que "trauma" la vida misma del Iniciando al punto que ya nada será vivido como antes, será necesario producir una Desprogramación (remarcando este término en el sentido de “conmoción de estructuras y de defensas e insensibilidades de la psiquis” y no como una "Alienación" donde el Hombre deja de ser sí mismo para adoptar los patrones de una Superestructura) profunda, manejando el ánimo del Neófito entre el aturdimiento y la incertidumbre, para desatarle una Crisis Interna que lo haga más sensible a las Pruebas de los Elementos donde se adquirirá conocimientos básicos que paulatinamente lo hagan receptivo a la contemplación de "la Luz", que mirará al principio y no obstante encandilado y desde lejos, como quien mira a algo en lo más interior de una Casa (nuestro Oriente) desde la Puerta de Entrada. En el Nuevo Mundo o Estado (representado en el Templ., en adelante la distancia entre el Hombre Nuevo (transformado o reconvertido, "recreado", por la Recomposición que provoca la Inic. y la Luz que para nosotros también simboliza la Verdad, la manejará el propio Aspirante. A través de esta experiencia, llamada "Iniciática", algo terminó, pero algo comenzará.
De la inducción en la Masonería por la Iniciación a comprender adónde nos lleva como destino Ella mediará un todo. La Orden es vehículo de Superación Personal a través de una Disciplina (más que Doctrina, la Ord.: es una Disciplina), Gracia que obtenemos por la Iniciación, y por éllo entendemos a la Masonería como un "Camino Iniciático". Porque la Iniciación no se agota en sí misma sino que será el comienzo de nuevas posibilidades que hay que experimentar, en la aproximación a un Fin Elevado que nosotros simbolizamos con el G.: A..:U.:.
Más que teatralizar ciertos comportamientos ceremoniales, la Iniciación trasciende a una simple Ceremonia porque pretende que el Iniciado sienta y viva a Pleno procesos Interiores necesarios para la Transmutación radical de una Persona. Y la Masonería es un Camino Iniciático porque a a través de una Vivencia de Destrucción y Recomposición Personal, debidamente sensibilizado o receptivo se introduce al Individuo en una Forma de Vida que por ser muy compleja se deberá avanzar y profundizar gradualmente, con vistas a pulir durante el proceso las facetas o aspectos de la Personalidad para poder penetrar a Nuevas Alternativas. En realidad, la Iniciación es el Comienzo de un Proceso Dinámico de Reestructura y Trabajo permanente, trascendiendo como único pasar a ser una Experiencia reeditable o recapitulable, cotidiana y constante en el Masón con se contentará con lo Primero (por así llamarlo) y aspira a adelantar. Vale decir que la Iniciación en sentido cabal no es sino la partida de Nuevas Iniciaciones o Despertares de la Consciencia.
Con la Iniciación el Mundo toma otro significado, pasando a ser un Laboratorio de Experimentación (no un Valle de Lágrimas karmático) y donde forjamos nuestra Temple Espiritual, a través de ámbitos de Peregrinación que abrirán sucesivas y diferentes perspectivas, comunicando a Nuevas Puertas y Senderos de Realización. Y porque la correcta Iniciación es una Vivencia Interior permanente y diaria, observando, corrigiendo y recapitulando conocimientos y aconteceres "entramos", "nacemos" o "renacemos" siempre. Lo que en Arte Real se llama "Iniciación" es tan sólo una primera Entrada, y la Ob.: se hace Iniciática porque continuamente nos prepara y organiza para nuevos y continuos Aprendizajes. Así mucha razón asiste a Paulo Coelho cuando expresa que "la Búsqueda Espiritual esta hecha de constantes comienzos (de ahí la palabra "Iniciado", aquel que esta siempre por iniciar algo), y la única cosa que cuenta (siempre) es la voluntad de seguir hacia adelante".
En otra perspectiva, la Masonería es Iniciática porque abre un Camino o Proceso Selectivo, no disponible para cualquiera sin que por ello se la pueda catalogar de "elitista". Incluso no basta tener condiciones morales aceptables (o aun excelentes (desde el punto de vista de la media cultural) para ser Masón, aunque ya sería bastante. Porque el Iniciado se compromete a seguir avanzando en terrenos de Realidad inaccesibles o en Senderos de Misterios incomprensibles, Misterios que escapan al entendimiento del común y a los cuales se puede acceder, como es sabido por la Iniciación, mas no por la Iniciación que se agota en lo Ceremonial y se teatraliza. Al Iniciado se le exige, para penetrar con propiedad en los Misterios, nuevos Ojos, como ánimo para descubrir el Misterio de Sí Mismo porque si no, no comprenderá el Secreto de lo Exterior.
¿Y cómo se penetra en el Sendero Iniciático? Primero, se entiende que el Neófito está dispuesto a hacerse Dueño y Conductor de su Vida, pero para manejarse se le hace mirar desde una teatralización o vivencia de Dramas la Tragedia de sí mismo desde afuera, como sólo pueden verse desde afuera quienes mueren, y reconocer a un Gran Enemigo a superar, que es paradójicamente el Ego mismo. El Iniciado se compromete a vivir una Pasión o Crisis dolorosas que lo llevará a un Aniquilamiento o Muerte con vistas a una Reunión consigo mismo pero despojado de elementos que lo desviaban del objetivo que posibilita la Iniciación (llamado en el Arte Regio "Excrecencias"), revistiéndole de Dignidad. Recordando a Angelus Silesius, no basta comprender el Drama de Jesús sino que Jesús tiene que morir dentro de nosotros mismos, y con esta imagen nos recuerda que el Sendero Iniciático nos invita a vivir y a recapitular continuamente la Muerte internamente para darnos y sentir paradójicamente más Vida, como también nos demuestra que la Iniciación es una experiencia de todos los días. A través de la Iniciación, una vivencia de profunda Transmutación. nos hacemos por la Victoria o Consagración acreedores a disfrutar un Mundo diferente, pero nos debemos ganar el Derecho de Piso en forma permanente, peleando día a día en una Batalla muy dura, y como dijera Wirth, abriéndonos paso por las concepciones mal avenidas, negándonos y destruyéndonos, para poseernos y llegar a la Luz de la Verdad. Por ello el Drama Iniciático hace ver al Aspirante que redimensionándose puede triunfar sobre las Pruebas o Etapas que le depara la Vida y la Aventura del Perfeccionamiento. A su vez, cada Prueba o Etapa es una “Subiniciación” o una Iniciación, en la medida que cada una de ellas abre a un Estado de Percepción diferente. La Iniciación es un Estado Evolutivo y de Perfeccionamiento permanente. Que requiere constantemente Pruebas, dominio personal, tristezas, desengaños, fracasos y una renovación diaria del conflicto (R. Swynburne Clymer).
Como dijera Wirth, se exige buena moral porque el Camino Aureo exige disciplina moral, pero no alcanza. Muchos no comprenderán la Masonería, aun formalmente admitidos, porque no sabrán vivir en la Iniciación su aceptación de Pobreza espiritual e intelectual, ni están dispuestos a morir en el Gran Secreto, ni elevarse por sobre los conflictos, para purificarse. El Sendero de Perfección en más requiere exactamente lo mismo para avanzar. El Proceso Iniciático no es una representación de hechos externos, sino un Compromiso Místico para vehiculizarse en Esencia para participar de la Esencia Misma del G.: A.: D.:U.:.. Y la Vía Iniciática no se transita para padecer y sufrir, sino como Precio para el Desarrollo que posibilita la Redención y el Triunfo Hermético, que es (para nosotros) con nuestro Fin mismo, llamémosle Dios, Luz o Verdad.
La Aventura Mística de la Masonería toma consistencia como Camino Iniciático a través de la Muerte y la Resurrección, Redención o Renacimiento de la Iniciación, pero requiere en más osadía y Valentía para penetrar en los Misterios y Secretos de la Vida. Abiertos a través de la Experiencia Iniciática a una Nueva Realidad, comprendemos que nuestro Sendero tiene por Fin y Destino la Luz de la Vida y de la Verdad, que es posibilitado a través de un Proceso de Transformación o de Reiniciaciones graduales pero permanentes para lograr un Material Espiritual más Puro y Resplandeciente, digno para sentir nuevas verdades inaccesibles al común. Lo que nos diferencia de otros hombres buenos es que hemos asumido un Compromiso o Disciplina de Perfeccionamiento Trascendental, negándonos a la cotidianeidad y deseando asumir nuestras riendas. En el Proceso nosotros seremos el Material a transformar, pero a su vez los Arquitectos, los Obreros y las Herramientas, para dignificar una obra positiva de Liberación Interior, que se elevará como Tributo Digno para un Principio Superior a quien consagramos las fatigas de nuestro Viaje, conocido por nosotros como el G.: A.: D.: U.:.
Y hasta aquí nuestra personal opinión sobre la Iniciación, que cada uno enriquecerá y rellenará con su propia experiencia.
R:.H:. NANCY LOPEZ ARTAVIA