Además de la enseñanza sobre la vida después de la muerte, que fue elaborada a partir de incontables historias acerca de individuos imaginarios, mostrando los resultados en el plano astral, de ciertos modos de obrar durante la vida, se impartiría un curso escogido de educación a los iniciados del Primer Grado, educación que contenía lo que los masones llamamos las Siete ciencias y artes liberales, a saber: Gramática, Lógica, Retórica, Aritmética, Geometría, Música y Astronomía.
Por Gramática los egipcios entendían la sagrada escritura jeroglífica de los sacerdotes, que era enseñada a todos los iniciados en los Misterios, pero que también simbolizaba una especie de lenguaje secreto, un modo de hablar peculiar del sacerdocio. En el lenguaje secreto de los Misterios, no era común que se emplearan diferentes palabras, sino que las palabras comunes tenían un significado diferente.
Quienes han estudiado las traducciones de los textos egipcios habrán notado la diversidad de las versiones en los diferentes investigadores; en ocasiones yo me he preguntado si esto se deberá de algún modo a aquel sistema de dobles significados.
En el antiguo Egipto podíamos hablar acerca de los secretos de la vida oculta frente a las muchedumbres, ocultándoles, a pesar de ello, lo que queríamos decir, y hacíamos uso de un extenso vocabulario de estas palabras tan significativas; de modo que toda una conversación bien podía sostenerse aparentemente sobre asuntos cotidianos, pero en realidad versando sobre los secretos de los Misterios.
Mucha instrucción fue dada por este medio; una conferencia o un discurso podía darse públicamente por uno de los sacerdotes, teniendo dos significados completamente diferentes; uno de ellos ético y cuya intención era ayudar a las gentes no iniciadas y el otro, esotérico para los estudiantes de los Misterios. La leyenda de que la Masonería posee un lenguaje un universal conocido tan sólo por los miembros de la fraternidad que es tan sólo un eco tradicional de este antiguo y secreto idioma.
El idioma secreto de los Iniciados era también usado en inscripciones, del mismo modo en los jeroglíficos pintados en las paredes que en papiros, muchas de estas inscripciones que hablan de las victorias de algún gran Faraón, podían ser leídas con un sentido oculto, y entonces tenían instrucción espiritual para aquellos que habían aprendido el significado real. Esto es muy cierto en relación con "El Libro de los Muertos" el cual, al ser traducido al inglés por eruditos modernos, a menudo resulta ser ininteligible y, a veces, hasta grotesco.
Sin embargo, en la interpretación de ese libro enseñada en los Misterios, esos mismos textos están llenos de iluminación interna y contienen nutrida información sobre las realidades de la vida y la muerte.
Tal vez es necesario repetir que en todo esto no había deseo por parte del sacerdocio de confundir a la gente; su idea era simplemente impartir una instrucción graduada de acuerdo con las necesidades de quienes escuchaban, y de evitar que importantes secretos pasaran a aquellos que no estaban preparados para recibirlos. Fue por esta misma razón que los arreglos del interior de la Gran Pirámide eran confusos. Algunos de los pasajes no eran usados del todo en el proceso de la iniciación, pues el auténtico pasaje era asequible de otro modo completamente diferente.
LA DUALIDAD DE CADA GRADO
Los Misterios Menores comunes (que pueden ser llamados el Primer Grado), estaban abiertos prácticamente a todos aquellos que solicitaran su ingreso, siempre que fueran de una vida intachable y una inteligencia suficientemente razonable, que fueran libres y que los informes obtenidos sobre su solicitud hubieran sido favorables. Siguiendo el curso natural, los iniciados pasaran a los Grandes Misterios (Segundo y Tercer grados) pero en cada uno de ellos había también Misterios ocultos como ya lo he mencionado al referirme a las pruebas preliminares.
LOS MISTERIOS INTERNOS DE ISIS
Dentro y detrás de los Misterios externos de Isis, había círculos internos de estudiantes cuidadosamente escogidos por los sacerdotes, cuya existencia era guardada en el más absoluto secreto, aún para la mayoría de los mismos iniciados. En esos círculos se impartía, prácticamente, la enseñanza oculta que capacitaba a los adeptos a despertar y adiestrar sus facultades internas, y de este modo poder estudiar, de primera mano, las condiciones del plano astral, y así, conocer por sí mismo lo que era especulativo para la mayoría de los Hermanos.
Fue solamente en estos círculos que las severas pruebas que hemos descrito parcialmente eran obligatorias para el candidato, quien era definitivamente preparado por medio de una instrucción individual y personal para los Mayores y más Sagrados Misterios que quedaban detrás de todo el bosquejo iniciático egipcio. Se exigía que el candidato para estas pruebas internas, después de un baño preliminar, (del que se deriva la idea del bautismo cristiano), se ataviara con una bata blanca, emblemática de la pureza que de él se esperaba, antes de ser llevado a la presencia de un cónclave de sacerdotes iniciados que estaban en una especie de bóveda o caverna.
El candidato era primero formalmente probado en cuanto a su desarrollo de la facultad de clarividente en la cual habla sido previamente instruido, y se le habla enseñado a despertar; para este propósito, el candidato tenía que leer una inscripción grabada sobre un escudo de bronce, cuyo lado en blanco era el que se presentaba a su vista física.
Después se le dejaba a solas guardando una especie de vigilia, algunos mantras o palabras de poderes superiores le habían sido enseñadas, con las que se suponía obtener el control sobre ciertas clases de entidades; y durante esa vigilia, varias apariciones eran proyectadas ante él, algunas de ellas verdaderamente terroríficas, mientras otras eran de una naturaleza seductora, con el fin de mostrar a los iniciadores si el valor del candidato y su sangre fría estaban bajo un control perfecto.
El candidato ahuyentaba de su vista esas proyecciones por medio de las señales y palabras adecuadas para cada caso, pero al final, todas se combinan y caían sobre él al mismo tiempo, y en este final esfuerzo, era instruido para hacer uso de la más alta palabra de poder, mediante la cual es posible vencer el más terrible de los males. Un curso de instrucción sobre estas líneas eran presentados a los candidatos que los sacerdotes juzgaban dignos, de manera que, al final de su adiestramiento, se encontraban completamente versados en el conocimiento del mundo astral y capaz de manejar libremente sus poderes en absoluta conciencia.
LOS MISTERIOS DE SERAPIS
El Segundo Grado de los Misterios egipcios correspondía aproximadamente a nuestro Grado de Compañero Masón. Tales Misterios fueron denominados Misterios Mayores, y posteriormente Misterios de Serapis. Apuleyo no nos ofrece nada en cuanto a descripción más allá del hecho en Si de que él pasó el Grado.
La instrucción en los Misterios Mayores era llevada más lejos y más profundamente en cuanto a ciencia y filosofía; un curso más avanzado de adiestramiento intelectual era puesto al alcance de los estudiantes, al cual bien podríamos llamar investigación en el seno de "las sendas ocultas de la naturaleza y de la Ciencia". Al mismo tiempo el estudio de la vida después de la muerte fue extendido hasta incluir el mundo-cielo hacia cuyo interior todos deben ir, para recibir un salario por las buenas obras hechas en la Tierra; mucho de este más hondo conocimiento del plano mental era enseñado en los Misterios Mayores, de igual manera que los hechos de la vida astral habían sido enseñados en el Primer Grado, o sea, por medio de la representación y el drama.
El propósito de los Misterios de Serapis en la vida individual del iniciado era el control de la mente y el adiestramiento del cuerpo mental; y los poderes sacramentales invocados por el ceremonial tenían como objetivo el aceleramiento de dicho desarrollo mental.
EL GRADO OCULTO DE SERAPIS
Detrás de los Misterios externos, en este Grado había también círculos secretos, totalmente desconocidos para aquellos que no habían pasado la labor oculta del Primer Grado; en éstos, se impartía, instrucción práctica sobre el desarrollo del cuerpo mental, y el método de despertar la visión certera en el plano mental, para que el estudiante quedara capacitado para verificar por sí mismo las enseñanzas de los sacerdotes.
En conexión con este Grado pudiera ser de interés mencionar que en el templo de Philae se representa el cuerpo de Osiris con plantas de maíz saliendo del mismo, a las cuales un sacerdote riega con una vasija que trae en su mano. Una inscripción explica que "esta es la forma de Aquel a quien no debemos poner ningún nombre. Osiris de los Misterios, quien brotó de las aguas que regresan", este simbolismo se refiere, entre otras cosas, al aceleramiento de la vida interna
en respuesta al poder derramado desde lo alto.
El signo del Grado es a menudo hallado en pinturas egipcias y es exactamente el mismo que está en uso en la masonería de hoy. Como en el Primer Grado, se empleaba un promedio de siete años en los Misterios de Serapis, al final de los cuales los candidatos que habían pasado un examen minucioso y habían satisfecho a los Hierofantes de que estaban preparados para una superior enseñanza, podían pasar al Tercer Grado.
C. W. LEADBEATER