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¿La Vía Láctea ha perdido peso?






Supón que te subes a la balanza una  mañana y descubres que pesas la mitad que el día anterior. Comprobarías  la balanza, ¿verdad? De hecho, una pérdida de peso de proporciones  cósmicas es exactamente lo que sucedió cuando Alis Deason recalibró la  balanza usada para pesar nuestra galaxia de la Vía Láctea. “Encontramos  que la Vía Láctea solo tiene la mitad de masa de lo que normalmente se  supone”, dice Deason, astrónomo en la Universidad de California en Santa  Cruz, que presentó su nueva estimación en la 221 reunión de la Sociedad  Astronómica Americana.


Determinar la masa de la Vía Láctea es  complejo, en parte debido a que la mayor parte procede de la invisible  materia oscura. Los científicos normalmente miden la velocidad de  rotación de la galaxia (a unos 45 000 años luz del centro) y combinan el  resultado con las ideas teóricas sobre la forma en que está distribuida  la materia oscura. Usando esta técnica, un equipo liderado por Mark  Reid del Centro Harvard-Smithsonian para Astrofísica en Cambridge,  Massachusetts, dedujo una masa total de unos billones de veces la masa  del Sol, un resultado que publicó en 2009. Aun así, dice Reid, “estimar  la masa total de la galaxia es complejo”, y hay una gran incertidumbre.


Deason y sus colegas usaron un enfoque distinto. En un estudio que se publica en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society,  buscaron inicialmente estrellas muy lejanas en el halo de la Vía  Láctea: una enorme bola de espacio de casi 1 millón de años luz de  diámetro, en la que las estrellas viejas zumban alrededor del centro de  la galaxia como mosquitos sobre una farola. La dispersión de velocidades  en las estrellas de este halo lejano revela cuánta masa contiene la Vía  Láctea, explica.


La conclusión es que, la Vía Láctea,  pesa “apenas” entre 500 000 millones y 1 billón de veces la masa del  Sol—menos de la mitad de la anterior estimación de Reid. Deason advierte  que el resultado depende de suposiciones hechas sobre el tamaño del  halo y la forma en que sus estrellas orbitan al centro galáctico, pero  señala que hay razones teóricas de peso para sus elecciones.


Otros investigadores recibieron la  noticia con un cauto interés. La técnica de Deason “es, en principio,  sólida”, dice  Piet van der Kruit, astrónomo de la Universidad de  Groningen, en los Países Bajos, especialista en estudios galácticos.  Pero las estrellas del halo son demasiado raras para dar algo más que un  resultado provisional en este momento, apunta. “Idealmente, te gustaría  tener una confirmación procedente de una muestra mayor”, dice, “pero  estos autores pueden perfectamente estar en los cierto”.


Una masa total menor para nuestra  galaxia madre tendría varias implicaciones, en particular para el  contenido y distribución de materia oscura de la Vía Láctea. Las  actuales teorías predicen que las galaxias como la nuestra deberían  estar rodeadas de cientos, o incluso miles, de galaxias satélite menores  – muchas más de las halladas por los astrónomos. La nueva estimación  podría, potencialmente, ayudar a explicar esta discrepancia, dice van  der Kruit, debido a que una galaxia menor no puede atraer a tantas  seguidoras.


Reid añade que conocer la masa de la Vía  Láctea “es importante para comprender cómo se formó y para descubrir el  destino del Grupo Local [de galaxias] en los próximos miles de millones  de años”. Debido a que las galaxias del Grupo Local (incluyendo la  cercana galaxia de Andrómeda sienten cada una la atracción gravitatoria  de la otra, “la mejor forma de lograr la masa total sería tener las  velocidades completas en 3D del Grupo Local de galaxias”, comenta.


Las técnicas actuales no puedo darnos  esta información, pero Deason espera que observaciones adicionales con  telescopios más grandes confirmarán pronto sus resultados.


“Necesitamos  más estrellas [del halo], y tenemos que llegar a distancias más lejanas  del centro de la Vía Láctea”

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